El cáncer de mama impactó la vida de 2.3 millones de pacientes en el 2020
Una de cada cuatro mujeres podría desarrollar cáncer de mama a nivel mundial
El cáncer de mama es el tipo de cáncer más común entre las mujeres, liderando las estadísticas a nivel mundial. Una de cada cuatro mujeres podría tener la enfermedad.
Según datos de Global Cancer Observatory, 2.3 millones de mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama en todo el mundo en el 2020. Para el 2040, se espera un total de 3.19 millones de nuevos casos en el mundo, provocando aproximadamente 1.04 millones de defunciones.
Las pacientes diagnosticadas con cáncer de mama experimentan un crecimiento descontrolado en las células en los senos y en algunos casos puede llegar a convertirse en cáncer metastásico, es decir, se extiende a otras partes del cuerpo.
Se estima que el 90% de las mujeres son diagnosticadas en etapa temprana. Sin embargo, para el 2018, según datos de la Organización Mundial de la Salud, la incidencia había aumentado de manera significativa en edades tempranas, siendo su principal causa el factor hereditario, pues entre el 5% y 10% de las pacientes tienen antecedentes familiares.
Existen otros factores de riesgo involucrados, como la edad (es más común detectarlo en mujeres mayores de 50 años), tratamientos previos con radioterapia, obesidad, abuso del alcohol, inicio de la menopausia a una edad mayor, no haber tenido embarazos, consumo de medicamentos con terapia hormonal (estrógenos y progesterona), historial reproductivo (presentar la primera menstruación antes de los 12 años) y antecedentes personales y familiares de cáncer de mama.
Para su detección o diagnóstico se puede llevar a cabo diferentes análisis aplicados por el médico tratante, entre ellas, ultrasonido mamario, mamografías, resonancia magnética y/o biopsia, donde se verifica el estado del paciente, para luego proceder con exámenes más exhaustivos con el fin de determinar su localización, tipo de cáncer o expansión.
Por otro lado, es importante que el personal de salud comprenda la situación completa de una paciente con cáncer, tanto en lo emocional como físico, debido a que cada factor influye en el transcurso de su recuperación. Las mujeres que son diagnosticadas, además de la presencia de la enfermedad a nivel corporal, enfrentan muchas afectaciones a nivel psicológico al recibir la noticia, como ansiedad, incertidumbre, miedo y depresión.
Dado lo anterior, es relevante que todo el ecosistema de salud- incluyendo personal de atención médica, asociaciones de pacientes e instituciones de tratamiento y soporte de la enfermedad- sigan facilitando y fortaleciendo iniciativas de educación y prevención, para entender mejor la patología, lograr una detección temprana de la enfermedad y colaborar a cambiar vidas, al tiempo que permita a las pacientes valorar sus posibilidades, con el fin de afrontar día con día los retos venideros.
“Actualmente, existen probabilidades altas de que las pacientes tengan una posibilidad real de cura, gracias a los distintos tratamientos disponibles y a la atención integral a la que pueden acceder. También es fundamental que las mujeres se mantengan optimistas, y se empoderen de su proceso”, indicó el doctor Esteban Coto, director médico de AstraZeneca para Centroamérica y Caribe.
Así lo promueve ONU Mujer. La organización asegura que “las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas”, razón por la cual promueven el liderazgo y el empoderamiento femenino a todo nivel, incluido el cuido de la salud.
Entre los cambios cotidianos que se recomiendan para prevenir o detectar tempranamente el cáncer se encuentran las consultas médicas periódicas de revisión, llevar a cabo el autoexamen, realizar actividad física, limitar los medicamentos con terapia hormonal, mantener un peso saludable y consumir una dieta sana.
En cuanto a los tratamientos variarán según el tipo de cáncer de mama y su diseminación, se pueden citar la cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapia hormonal (interrumpe la influencia de las hormonas en el crecimiento y el funcionamiento de las células, haciendo que las células cancerígenas tengan menos probabilidades de sobrevivir) o biológica (se trabaja con el sistema inmunitario).
Adicionalmente, existen estudios médicos mundiales enfocados en entender mejor aún los genes de susceptibilidad al cáncer de mamá, llamados BRCA1y BRCA2, los cuales son genes humanos que producen proteínas responsables de reparar el ADN dañado y juegan un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad genética de las células. Cuando cualquiera de estos genes está mutado o alterado de manera que su producto proteico no se produce o no funciona correctamente, el daño al ADN puede no repararse adecuadamente y las células se vuelven inestables. Como resultado, es más probable que las células desarrollen alteraciones genéticas adicionales que pueden provocar cáncer, siendo en definitiva aspectos claves para la definición de tratamientos para cada paciente.