Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

ÁNIMO EN DOS MINUTOS

Una sola apuesta: su vida

Jesús vino al mundo a salvarme, no a juzgarme. iStock

Jesús vino al mundo a salvarme, no a juzgarme. iStock

Avatar del Listín Diario
Luis García DubusSanto Domingo, RD

“Que venga el reo por aquí”, dijo un guardia y otro me condujo a mí. Yo era “el reo”. Estaba en un tribunal del Palacio de Justicia. Había tenido un accidente, y “la otra parte” me había acusado de ser culpable de causarlo.

Nunca olvidaré esa ocasión, aunque han pasado muchos años. Estaba siendo juzgado, y dependía de la sentencia del juez para quedar preso o irme para mi casa.

Cuando habló mi abogado defensor, dijo tantas cosas buenas de mí que sentí ser el hombre más inocente del mundo.

Luego habló el fiscal, refutándolo todo, y empecé a dudar de mi propia inocencia. ¡Terrible! Hasta que terminó diciendo que estaba de acuerdo con el abogado defensor, y que yo debía ser descargado. A mí “me volvió el alma al cuerpo”.

Cada vez que oía hablar del juicio final, recordaba aquella experiencia desagradable y…

Hasta que un día, leí con atención la buena noticia en San Juan 3,14-21: “el que cree en Él, no será juzgado”.

Y añade: “El que no cree, ya está juzgado, por no haber creído en el Hijo único de Dios”.

Y entendí que Jesús vino al mundo a salvarme, no a juzgarme. Se entiende “juzgar” en el sentido de “condenar”. Quien lo acepta, mediante la fe, como quien en realidad es, no será condenado. ¡Él es nuestro Salvador, no policía ni juez!

“Porque ya están salvados mediante la fe. Y no se debe a ustedes, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya, creados por medio del Mesías Jesús para hacer el bien que Dios nos asignó de antemano como línea de conducta” (Efesios 2,8-10).

Demasiada bondad. ¿Cómo es posible que Dios me quiera a mí tal como soy, y sólo me pida que crea en su hijo…?

La única explicación humana podría ser el amor de una madre por su hijo enfermo. Es el único amor comparable al amor de Dios por pecadores como nosotros.

Lo dice también el evangelio de hoy:

“Tanto amó Dios al mundo, que le dio a su Hijo único, para todo el que crea en Él no se pierda, sino que tenga vida eterna”.

¿Daría usted la vida de su hijo para salvar a alguien…? ¿Su hijo único…?

La pregunta de hoy

¿Cómo aumentar mi fe?

“Señor, auméntame la fe” es una frase que hago mía, ya que sé que es un don y que, por mí mismo, no puedo aumentarla.

Y esta última:

“Sólo existen dos clases de personas razonables: las que sirven a Dios de todo corazón porque le conocen, y las que le buscan de todo corazón porque no le conocen”.

Tags relacionados