MENUDO
Para turismo religioso: un libro ‘súper’
Escrito por los doctores en arquitectura Esteban Prieto Vicioso y Virginia Flores Sasso, y con imágenes espectaculares casi todas de Víctor Siladi, el libro ‘Un pueblo unido por la fe. Espacios de devoción’ es un libro presentado en la pasada Navidad con el auspicio del Banco Popular Dominicano. Comprende la historia de catedrales, templos, monasterios… en República Dominicana. Me regodeo en sus páginas, algunas de cuyas fotos pueden verse con tecnología de realidad aumentada, mediante la aplicación móvil MIRA. Y tengo la posibilidad de ver entrevistas y visitar espacios de devoción nacionales a través de un audiovisual (www.popularenlinea.com/unidosporlafe). Es un libro ‘súper’ para el turismo religioso, que asimismo permite conocer la historia de la evangelización en el Nuevo Mundo, amén de relatar sobre otras religiones cristianas en el país.
‘Evocación de la Jerusalén de América’
Christopher Paniagua, presidente ejecutivo del Banco Popular Dominicano, en su Presentación de ‘Un pueblo unido por la fe. Espacios de devoción’, opina que República Dominicana ‘puede posicionarse en el mercado internacional como una evocación de la Jerusalén de América’. No me cabe duda pues nuestro país tiene, según señala, ‘potencial para convertirse en un destino atractivo del turismo religioso: un nicho dedicado en el sector del turismo que mueve a millones de personas alrededor del mundo en busca de devoción, sanación o conocimiento’. Con relación a la actual crisis sanitaria y económica, este libro ‘es un mensaje vivificador para los lectores’.
El cristianismo: clave en la unidad
En cuanto al prólogo del libro antes señalado, Monseñor Ramón Benito de La Rosa y Carpio define diez puertas, o ideas o puntos que le marcaron al leerlo. Entre ellos afirma que ‘científicamente el Cristianismo es parte clave de las bases y la unidad del pueblo dominicano’.
A la búsqueda de un cuadro
El doctor Rafael Antonio Cedeño Caraballo nos escribe para informarnos que, enterado por esta columna sobre la búsqueda del cuadro que María Soledad Ortiz Lamela cuenta que representaba un ‘milagro’ (de su bisabuelo a quien le cayó un rayo y no murió) y que estaba en la antigua iglesia de La Altagracia, en Higüey, decidió que esta semana irá al Museo de la Basílica y preguntará al encargado. Por cierto, me dice que el párroco en la fecha de dicho suceso era el sacerdote Eugenio Polanco Velázquez. ¡A esperar el resultado de su vindagación!