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El polvo espacial que congeló a la Tierra

Hace 466 millones de años un asteroide gigante que giraba alrededor del Sol, siguiendo una órbita entre Marte y Júpiter, colisionó en el espacio exterior y su polvo llegó a nuestro planeta oscureciendo su atmósfera y causando una glaciación, según las últimas investigaciones científicas.

Hace unos 65 o 66 millones de años un meteorito, un gran cuerpo sólido procedente del espacio, entró en la atmósfera terrestre e impactó en la zona de la península mexicana de Yucatán, desencadenando una serie de catástrofes ambientales que condujeron a la extinción masiva de especies, acabando con los dinosaurios, según un cúmulo de evidencias científicas.

Pero unos 400 millones de años antes de este impacto catastrófico, que marcó el comienzo de la era geológica Cenozoica y del reinado de los mamíferos tras extinguirse los grandes saurios, hubo otra catástrofe espacial.

Si bien no implicó una colisión directa de una roca contra la superficie terrestre, desencadenó una dramática remodelación de la vida en nuestro planeta, según una investigación dirigida por la Universidad de Lund (UdL) en Suecia, junto con el Museo Field de Historia Natural (Field Museum) en Chicago (EEUU).

150 KILÓMETROS DE DIÁMETRO.

Un asteroide es un cuerpo rocoso con menos de 1.000 kilómetros de diámetro que suele girar alrededor del Sol entre Marte y Júpiter, formando parte de un disco o ‘cinturón’ que alberga multitud de estos objetos astronómicos.

La ruptura de uno de estos grandes asteroides de unos 150 kilómetros en el espacio exterior llenó todo el sistema solar interior con enormes cantidades de polvo que, cuando llegaron a la Tierra, condujeron a una ‘edad de hielo’ o glaciación y, posteriormente, a niveles más altos de biodiversidad (diversidad biológica), según la UdL.

Los investigadores están comprendiendo que la evolución de la vida terrestre también depende de los eventos astronómicos, según Birger Schmitz, profesor de Geología en Lund y líder del estudio.

Tras el impaco, el clima pasó de ser más o menos homogéneo a dividirse en zonas climáticas, desde aquellas con condiciones árticas en los polos hasta condiciones tropicales en el Ecuador, según la UdL.

“Como una adaptación al nuevo clima, se produjo una gran diversidad entre los invertebrados, animales pequeños, sin columna vertebral ni esqueleto interno articulado o con un esqueleto externo, caparazones o cubiertas duras, como los trilobites (artrópodos extintos y fosilizados)”, apunta Schmitz.

RASTROS EN EL REGISTRO SEDIMENTARIO.

Los científicos buscaron rastros de polvo espacial en las rocas del registro sedimentario de la Tierra, que fueron antiguamente el fondo marino, y extrajeron la materia extraterrestre de esas rocas para indagar su composición y procedencia, según el Field Museum.

“Un método clave para este descubrimiento fueron las mediciones del helio extraterrestre (que tiene una características atómicas especiales) incorporado en los sedimentos petrificados del antiguo fondo marino en Kinnekulle, que actualmente está al aire libre, situados en el sur de Suecia”, según Schmitz.

Explica que “de camino a la Tierra, el polvo producido por la colisión del asteroide gigante se enriqueció con helio al ser bombardeado por el viento solar (corriente de partículas con carga eléctrica)”.

Señala que la ruptura de un gran cuerpo solido principal de condrita L (roca no metálica) en el cinturón de asteroides hace 466 millones de años todavía genera casi un tercio de todos los meteoritos que caen sobre la Tierra.

“Poco después de la ruptura, el flujo a la Tierra del material extraterrestre de grano más fino aumentó de tres a cuatro órdenes de magnitud, a consecuencia de lo cual se enfrió la Tierra, se produjo un efecto de invernadero, bajó el nivel del mar y se produjeron grandes cambios en la fauna”, explica.

“Siempre hay flotando sobre la Tierra polvo del espacio exterior, pero es solo una pequeña fracción del polvo en la atmósfera. Esta cantidad se multiplicó por mil o diez mil cuando se rompió el asteroide gigante hace 466 millones de años”, señala Philipp Heck, curador del Field Museum y profesor asociado de la Universidad de Chicago, coautor del estudio.

“Creemos que esa gran cantidad de polvo extraterrestre jugó un papel clave en el cambio del clima de la Tierra y su enfriamiento durante, al menos, dos millones de años”, según Heck.

“También descubrimos que en ese momento hubo una lluvia de meteoritos (fragmentos del asteroides) de 0,1 a 3 kilómetros, que golpearon la Tierra creando numerosos cráteres muy grandes en la superficie terrestre”, explica Birger Schmitz.

"Ahora estamos tratando de probar la hipótesis de investigadores japoneses de que las glaciaciones globales que convirtieron a la Tierra en una “bola de nieve”, hace unos 800 millones de años, fueron provocadas por otra gran ruptura de asteroides que también habría formado el gran cráter Copérnico situado en la superficie de la Luna", concluye Schmitz.

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