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REFUGIO FILOSÓFICO

La filosofía y el periodismo

Sylvana Marte

Sylvana Marte

Hace años que dejé el ejercicio del periodismo, y pensé no retomarlo jamás. Me he dedicado a estudiar otra carrera universitaria: licenciatura en filosofía. Al principio la emoción de lo nuevo me hizo pensar que estoy transitando un camino distinto, sin embargo, pese a que ya no soy periodista, me sorprenden los aportes que una puede hacerle a la otra. Es decir, que no andan disociadas como creía, sino que se encuentran.

Escribir ha sido un motor durante importantes años de mi vida, expresarme por medio de las letras, tal como soy, me desnuda, es mi esencia, no puedo hacerlo de otra manera. Por lo que, en ocasiones que me he percibido atrapada entre dos “amantes”, con una urgente necesidad de que ambos por sorpresa, se abracen, y con una especial ternura que me permita florecer. Me confieso enamorada de la libertad de redactar y la claridad que me regala la filosofía.

“La filosofía se especializa en los problemas eternos, mientras que el periodista es “obrero del minuto” como lo llamó el gran periodista español Pepe Ortega Spottorno.

Lo cierto es, que los motivos que me hicieron estudiar la licenciatura en comunicación social, que era una llama que tenía la certeza que lentamente se iba apagando, es todo lo contrario, cada vez se va aumentando en la medida que voy apreciando los aportes de la filosofía al periodismo.

Para nadie es un secreto que muchos filósofos y filósofas se han dedicado a la carrera del periodismo. Por ejemplo, Hannah Arendt fue corresponsal en el diario The New Yoker para relatar las incidencias del juicio a Eichmann, y, que luego de esa experiencia, publicó uno de sus libros más importantes: “El Origen del Totalitarismo”.

Podríamos decir que la relación entre ambas nace en la Ilustración, siendo la divulgación de acontecimientos, ideas filosóficas e ideas ilustradas en el nuevo mundo, fue el desarrollo de publicaciones periódicas y seriadas.

Ahora bien, y lejos de todos estos sentimientos que me hacen estallar y conmoverme desde el alma hasta la piel, quiero destacar algunas contribuciones que la filosofía puede aportar al periodismo, claro, desde mi punto de vista.

El sentido del concepto “verdad”, es muy común escuchar a algunos periodistas decir que buscan la verdad de los hechos, y reconocer que tal verdad absoluta no es posible, les permite ser bastante cuidadosos y cuidadosas al redactar una noticia, abrirse a más fuentes y valorarlas todas.

La verdad del periodista es como la dialéctica de Heráclito “son y no son”, en razón de que evolucionan y van cambiando, digamos que se trata de una verdad abierta, que está siempre corrigiéndose, transformándose y desarrollándose en la medida que se van revelando los hechos. Por lo que los periodistas deben ser personas que estén prestas a ir acorde con el movimiento y los cambios.

El tema de la ética, es necesario y urgente que sea abordado desde una perspectiva ontológica (del ser), y de eso Aristóteles (con las virtudes) y Kant (con su imperativo categórico) aporta una visión muy distinta a la acostumbrada, y por ende aborda ciertos temas basados en lo que corresponde a la legalidad, pero también en el “bien hacer” y el deber, para de esta forma potencializar el ejercicio de los derechos humanos.

Poder detectar las falacias y todos sus tipos, y en especial evitar reproducirlas. Me resulta imposible no hacer ese ejercicio cuando escucho una declaración de una autoridad. Las falacias son razonamientos incorrectos que guardan similitud con un pensamiento correcto.

Como por ejemplo la falacia ‘ad populum’ apela a la opinión de la mayoría, del pueblo, o a las emociones: “El pueblo ya está cansado de …” o “Esto es como una guerra, por lo que deben tomarse medidas de guerra", que es una falacia de falsa equivalencia, que consiste en equiparar dos situaciones sin que exista una base suficientemente argumentada para ello.

El periodista debe saber que su tarea es decir la verdad, pero para esto es imperioso comenzar por discernir lo verdadero de lo falso, el hecho de la ficción y la crónica de la opinión.

Desde una perspectiva platónica, la filosofía pertenece al campo de la episteme, y el periodismo se desarrolla en el ámbito de la doxa, es decir de la opinión.

La filosofía también permite a los y las periodistas comprender mejor el “poder” y sus relaciones, cómo actúa como estrategia, porque como dice Foucault, el poder no es algo que alguien obtiene, sino algo que se hace a otros, una acción que afecta a las acciones de otros. Además, ayuda entender el papel de la historia en los hechos y tener una mejor compresión del mundo.

Otra valoración importante que todo periodista, en especial que trabaje los temas de economía, debe leer a Karl Marx, independientemente de su ideología, será significativo agregar esa visión, para poder reflexionar cómo influyen las condiciones materiales en las relaciones humanas.

Es preciso saber, que Marx encontró en el periodismo la clave para exponer todo su pensamiento filosófico, cultivando, además, la investigación periodística. Estudiar a este teórico alemán, además de otras grandes ventajas, permite ser más crítico sobre los problemas sociales, particularmente vinculados con las y los trabajadores.

En fin, y como dicen que dijo Descartes, que hay que “dudar hasta de la duda”, y es justamente “la duda”, lo que debe acompañar a todo periodista, ser el primer método, mantener una actitud neutral y sobria, tan realista como escéptica. Y debe hacerlo independientemente del género que está utilizando.

Al final, me despido con una frase de este filósofo moderno: “Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados, sin tratar de abrirlos jamás”.

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