Dermatología: Medio siglo formando residentes médicos
Ser médico dermatólogo implica tener las competencias y capacitación necesarias para prevenir, diagnosticar y tratar todas las enfermedades relacionadas con uno de los órganos más grandes del cuerpo que es la piel, incluyendo sus anexos que son las uñas y el pelo.
Para ser dermatólogo, primero debes formarte como médico general por un tiempo estimado de cinco a seis años en una de las universidades acreditadas de nuestro país; realizar un año de pasantía de ley y posteriormente desarrollar el proceso establecido para obtener el aval para entrar a la Residencia Médica en Dermatología.
Esta residencia, tanto en República Dominicana como en la mayoría de los países incluye un primer año como prerrequisito en Medicina Interna y luego tres años de residencia en Dermatología. Es interesante destacar, que luego de obtener el postgrado en Dermatología, podría aspirar y concursar para ingresar a la residencia de Cirugía Dermatológica que tiene una duración de dos años.
Los coordinadores de la Residencia Médica en Dermatología, los doctores Manuel Cochón y Mariel Isa explicaron que todos los médicos residentes deben desarrollar un programa de estudio y capacitación, elaborado y aprobado por el Concejo de Enseñanza del Hospital. La universidad es la que avala este programa académicamente, y en este caso, lo hace la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y otras instituciones que conforman el Concejo Nacional de Residencias Médicas, incluyendo al Colegio Médico Dominicano.
El jefe de enseñanza, el dermatólogo Juan Pablo Guzmán agregó que la responsabilidad de la formación de esta especialidad recae en el Instituto Dermatológico Dominicano y Cirugía de Piel ‘Dr. Huberto Bogaert Díaz’ desde hace más de 50 años, ya que la misma fue fundada en 1967 por el doctor Huberto Bogaert Díaz, fundador de la institución que hoy lleva su nombre.
A esto, el doctor Cochón comentó que en toda su historia y hasta esta ceremonia de finalización del 2020, han tenido un total de 50 promociones de dermatólogos, “ofreciendo a la sociedad dominicana e internacional 344 Dermatólogos. Locales 304 e internacionales 40, muchos de ellos ocupando en sus países posiciones cimeras dentro del ejercicio de la especialidad”.
El proceso
La doctora Isa describió que desde el primer año de formación realizan rotaciones en área de atención primaria en dermatología que incluye consulta general, cirugías menores, Departamento de Lepra, histopatología, Dermatosis ocupacionales y departamento de Infecciones de transmisión sexual.
“Al segundo año, ese médico en formación continua su programa de fortalecimiento en consulta general, crioterapia/criocirugía, dermatología pediátrica, cirugía dermatológica, flebología, cosmetología. En el tercer año realizan rotaciones en el área de Cirugía Dermatológica, Fototerapia, Dermatopatología (Histopatología cutánea) e igualmente consulta general en dermatología”, dijo la doctora.
El coordinador académico explicó que la residencia médica es un proceso de formación académica, personal y profesional en un área de medicina especializada, “durante el tiempo que están aquí, como lo detalló la doctora Isa, los médicos adquieren competencias teóricas y prácticas para aplicarse al servicio de la salud de la población”.
Destacaron que cada uno de los médicos debe cumplir con el programa donde aprenden desde los conceptos elementales avanzando hasta los detalles clínicos, prácticos, terapéuticos con lo cual le convierte en un especialista en su área.
A esto, puntualizaron que los médicos en formación deben dar seguimiento estrecho a los pacientes, supervisando su evolución y tratamiento. Además, participar de temas clínicos específicos supervisados por médicos especialistas del cuerpo de enseñanza; sesiones clínico patológica e iconográficas semanales; presentaciones de casos clínicos y temas académicos; presentación y participación de artículos científicos y bibliografías; ofrecer servicios de atención primaria en lugares de población que sean necesarios y/o solicitados a la institución.
“Cualquier actividad que se proyecte hacia la excelencia amerita entrega y sacrificio. No solo del aspirante sino de su familia, amistades y hay que incluir al profesorado que igualmente los acompaña”, dice Cochón.
La doctora Isa añadió que los residentes deben sobrellevar una jornada laboral dedicada al estudio, capacitación y aprendizaje.
“Todas estas actividades deben realizarse con un equilibrio racional que permita el correcto desenvolvimiento académico y humano, que hasta el momento llevamos en nuestra institución. Nuestra Institución brinda un servicio invaluable lo que conlleva jornadas importantes donde es necesario contar con espacios como los que tenemos para nuestros residentes recuperar energías y cumplir sus metas académicas”, dijo la doctora Isa.