Doña Vilma

Ha fallecido doña Vilma y yo me resisto a creerlo. Una mujer como ella no perece, su esencia seguirá flotando en el ambiente, ella es de la clase de seres que no se pueden olvidar y por lo tanto seguirá vigente y presente entre nosotros.

Vilma Benzo de Ferrer, macorisana de pura cepa, estableció su hogar junto a Toñito Ferrer, su esposo, y al mismo tiempo levantó una industria que provee de bolígrafos a todos los estudiantes del país.

Esta inquieta mujer atendió a los requerimientos de su amigo el arquitecto Cesar Iván Feris Iglesias, su compueblano, y de fray Vicente Rubio trabajando con denuedo para hacer realidad la idea de una universidad especialmente establecida para aquella gente de clase media, con clases impartidas en horarios nocturnos, para no interrumpir sus horarios laborales.

La Facultad de Historia fue establecida y doña Vilma acudió junto con un grupo de entusiastas damas. Sus estudios fueron coronados con las más altas notas y acto seguido viajó a Sevilla para incursionar en el Archivo de Indias y ahondar de esa forma en sus estudios.

De su experiencia surgió el libro Pasajeros a la Hispaniola, que da cuenta de los personajes y familias que cruzaron la mar procelosa para afincarse en nuestra tierra a comienzos del siglo XVl.

La entusiasta y emprendedora dama fue nombrada directora del Museo de Historia y Geografía, el establecimiento se convirtió en el centro de seminarios y conferencias, en los cuales participaba lo más granado de nuestra elite intelectual.

No contenta con esto, emprendió una serie de excursiones por toda la isla, que brindaron de primera mano el conocimiento geográfico e histórico de nuestro territorio. Estas excursiones perduraron después de la salida de la dama del Museo.

Fueron muchos otros los logros de esta extraordinaria mujer, los que necesitarían muchas hojas de papel.

Doña Vilma seguirá viva en nuestros corazones, como el personaje inolvidable de muchísimas personas.