Fase peligrosa de la Covid-19

Hasta el momento en que se escribe este artículo estamos arribando a los casi nueve millones de infectados por el SARS-CoV-2 en el mundo, y casi medio millón de muertes asociadas a Covid-19. El epicentro se ha ido moviendo de acuerdo a la ola de expansión del virus por cada continente, dejando una estela de silencio y dolor.

\En este momento le toca a América. Brasil reportó durante esta semana pasada 35,000 nuevos casos en un solo día, y en Estados Unidos; Florida, Texas y Arizona han tenido números records similares. Tanto que sobrepasan los meses picos de incidencia de países como España. En contraste, en aquel entonces epicentro, China, tuvo que forzar un cierre “como en tiempos de guerra” por un incremento considerable de casos en su capital Beijing.

Así entramos a una fase peligrosa de la pandemia, la representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) María Van Kerkhove durante la rueda de prensa de esta semana afirmó: “La pandemia está en una fase de aceleración, si bien hemos visto a muchos países teniendo éxito en la supresión de la transmisión, todos los países deben estar listos, y si piensan levantar las restricciones deben saber que deben estar listos para responder a un aumento en los casos”, y agre 2020garía yo, a un aumento en las mortalidades y pacientes críticos que ameritan asistencia respiratoria.

Desde su descubrimiento como causante de un tipo de neumonía severa en Wuhan, China, los países del Sudeste Asiático han pasado por las múltiples fases epidemiológicas de la COVID-19, y llamando de forma inmediata a los países del mundo a prepararse ante esta. Sin embargo, cada país y continente ha tenido sus propias experiencias, en algunos casos devastadoras, en otros más alentadora.

Como respuesta, las autoridades de salud de República Dominicana, y el Comité de Emergencia y gestión Sanitaria del ejecutivo han implementado una serie de intervenciones que han desacelerado la ola de expansión y los efectos negativos de los pacientes críticos en el sistema.

Ante la necesidad de activar la economía, a finales del mes de mayo, la metrópoli se activa y empieza a recibir un influjo de carga viral comunitaria mayor, proveniente desde y hasta el Gran Santo Domingo y la provincia de San Cristóbal. ¿Esto significa que hemos perdido la batalla?, todo lo contrario, esto pone en marcha la necesidad de intensificar una vez más nuestra respuesta inicial a la epidemia, reforzar el involucramiento comunitario en la interrupción de la transmisión, fortaleciendo el distanciamiento social, y la higiene comunitaria (lavado de manos, uso de mascarillas, e higiene de nuestro entorno), aumento de las capacidades diagnósticas, explorando las alianzas público-privadas, e intersectoriales, las iglesias, las alcaldías, y los líderes de las comunidades; comprender que no hemos terminado esta batalla, y que si bien es cierto que el Covid-19 ha venido con intenciones de quedarse, debemos comprender que no debemos ponérsela fácil.

Es momento de eliminar lo que nos separa y entender que no es solo responsabilidad del Estado, sino que es un deber de todos estar seguros en casa, y seguros en la comunidad. Sino volvemos al rumbo seremos junto a Haití el epicentro de la pandemia en el Caribe.

Referencias:

1. https://www.who.int/news-room/detail/13-06-2020-a-cluster-of-covid-19-in-beijing-people-s-republic-of-china

2. Inglesby TV. Public Health Measures and the Reproduction Number of SARS-CoV-2. JAMA.2020;323(21):2186–2187. doi:10.1001/jama.2020.7878

_________ El autor es director del Instituto de Medicina Tropical & Salud Global de la Universidad Iberoamericana (Unibe) y director científico del Comité de Emergencia y Gestión Sanitaria-Covid-19