Santo Domingo 25°C/26°C scattered clouds

Suscribete

FÁBULAS EN ALTA VOZ

Jocosidades y aprendizaje en cuarentena

No sé el resto, pero ‘esta que está aquí’ ha cosechado un puñado de buenas experiencias durante este encierro que priva a muchos hasta del derecho a tomar el sol. Unas un poco graciosas, otras no tanto, pero igual me han servido para valorar cada vez más las simples cosas que tiene la vida.

Lejos, pero cerca He conocido otras herramientas que me acercan a la gente que quiero aun en la distancia física. Con un mensaje, un hola, una oración… he sellado pactos de amistad y de cariño. Sin proponérmelo he conocido hogares que nunca he visitado. Sí, porque las videollamadas han hecho un trabajo bestial para observar el cuadro torcido en casa de mi amiga Ada, o tal vez para fijarnos en esas libritas de más o de menos que tenemos, en ese pelo desaliñado, y en fin en unos detalles que antes dejábamos pasar sin ton ni son.

Disfrute virtual En mi familia hemos celebrado como 10 cumpleaños, hemos orado ‘juntos’, hemos puesto a prueba nuestro arte culinario, y por supuesto, hemos llorado bastante. Porque quiero que sepan que esto último se nos da muy bien. Las lágrimas nuestras no solo provienen de la tristeza, La alegría también ‘abre la llave’ del llanto hasta con escuchar un simple “te extraño”. Ese es un tema largo.

Creatividad en potencia Desde hervir agua en una olla esmaltada porque cuando me di cuenta que el botellón estaba vacío ya había toque de queda, hasta colar un té con una gorra, nueva por supuesto, son de las cosas graciosas que he aprendido en estos casi dos meses de confinamiento. Ah, y otro tema, le he dado importancia al peso, sí, a ese peso que creía que no servía para nada. Ahora lo respeto. Fue gracias a él y a otro menudito que teníamos en varias carteras, en bolsillos y distintos sitios de la casa que uno de esos días sin efectivo se pudo comprar el agua. No había cuarto en la casa, pero sí mucha sed. Después, cuando se pudo, se buscó en el cajero.

Desear más que extrañar Todo esto y lo que no cabe aquí para contar, hará que así como extrañamos nuestra antigua vida normal, deseemos luego esos momentitos en familia en los que hemos hecho todos los oficios del mundo, hemos peleado, reído, gozado, llorado, y por qué no, hemos aprendido que hasta en los tiempos de crisis se construyen historias jocosas y se valoran detalles antes insignificantes. Que de esta salgamos siendo mejores seres humanos.

Tags relacionados