PSICOLOGÍA
El sentido de la vida lo tienen los niños
Si alguna vez has visto un niño jugar, quizás te has fijado en lo comprometido que está con la historia que desarrolla o el objetivo del juego a cumplir; y es que al jugar, un niño construye su propio mundo. Crea un espacio seguro para revelar sus deseos a la realidad, tal y como lo hace un pintor en el lienzo.
Esta capacidad creativa es algo en común entre niños y adultos. Así, cuando los adultos abandonan el juego, sus deseos son exteriorizados de otras formas. El inconveniente es que también son olvidados entre la rutina diaria, el complacer a los demás y otros eventos que roban la propia esencia. En este escena enrio, abandonando el camino que allanan tus deseos, es posible que sientas que la vida pierde sentido, porque carece de esencia y experiencias que consideras significativas.
El goce de la vida está donde coinciden los deseos y el accionar. Siempre y cuando no sea a expensas de los demás. Privarte de esto es despojarte del placer de vivir.
Por eso, si ver a un niño jugar se transformara en una metáfora, seguramente sería una invitación a volver a los lugares en donde dejaste varados tus deseos y tu esencia, pero también, a nunca más dejar atrás lo esencial para conectar, ser y estar.