¿Qué hacer?

Niños con hiperactividad en cuarentena

La hiperactividad es un trastorno de la conducta infantil que lleva al menor a no poder quedarse quieto.

La hiperactividad es un trastorno de la conducta infantil que lleva al menor a no poder quedarse quieto.

La cuarentena por el nuevo Coronavirus ha puesto a las personas de todo el mundo al límite de sus capacidades por diversas situaciones. El miedo al panorama futuro e inmediato, crea desconcentración y un nivel de estrés de alto nivel, sobre todo, por el encerramiento en el hogar.

El detalle está en que cuando hay niños muchos padres olvidan que ellos son una esponjita que absorbe todo lo que se mueve en su ambiente, y ¡ay! Si son inquietos, pues su potencial se duplica. Lo que los adultos olvidan en ocasiones es que ellos, los “peques” no están ajenos a su realidad, es por esto que el juego y la diversión parece no tener fin, pero de una manera incontrolable. Es aquí donde los niños desarrollan una actividad muy intensa, superior a lo normal, debido a lo que sucede en su entorno. La hiperactividad es un trastorno de la conducta infantil que lleva al menor a no poder quedarse quieto, se caracteriza por la actividad excesiva y fuera de lo normal, explica la psicopedagoga y conferencista, Jessika Delgado Espinosa. Entonces, ¿qué pasa cuando los adultos que lo acompañan están estresados? “Hay estudios probados que demuestran que niños y niñas pueden experimentar estrés y ansiedad ante situaciones determinadas o resultantes de su predisposición a estos trastornos o estados emocionales. Los infantes son emocionalmente perceptivos y ven generalmente a papi, mami o cuidador a cargo, como una columna o fuente de estabilidad, confianza y seguridad, por lo tanto, pueden percibir sus estados de tensión emocional y puede afectarles”, explica la psicóloga. Hay momentos en el hogar que se ponen tensos. En este caso el consejo es no rendirse, porque sí se puede lidiar con el encerramiento en casa y los niños para que no se estresen, pero no se puede dar por sentado que saben lo que está ocurriendo u ocultarles información valiosa. Delgado Espinosa, enfatiza en la importancia de hablarles con claridad y optimismo del porqué quedarse en casa es lo mejor. Asimismo, mantener las rutinas, diseñar y programar con ellos de forma creativa, un horario de actividades que incluya la realización de tareas, aseo, sus comidas, descanso, recreación y tiempo en familia.

Disciplina positiva

Aconseja que trabajarlo en base a sus necesidades particulares ayuda a identificar las causas que lo motivan a tener un comportamiento disruptivo. Establecer límites claros y hacerlos cumplir desde el amor y la disciplina positiva y consciente. Por otro lado, también es importante abordar la situación en familia. Entre todos desde la empatía y el respeto pueden coordinar reuniones para hablar de la situación y cooperar con soluciones que harán la convivencia en casa más armoniosa. Algunos ‘tips’ que funcionan de maravilla “es establecer límites claros, diálogo reflexivo, estructurado y frecuente, además de disciplinar desde la prevención dejando claro y hasta por escrito lo que se espera”. También, puntualiza el valor de identificar las causas de sus rabietas, pues pueden ser señal de algún malestar emocional o respuesta a patrones confusos de autoridad de parte de los adultos. Equilibrar la firmeza con el amor. Predicar con el ejemplo: Hay que pedirle al niño o niña, lo que nosotros también damos en todo sentido. Por ejemplo, en estos casos los padres terminan agotados por la falta de sueño, pues el día no les alcanza para nada más que corregir, gritarles y corretear detrás de ellos cada vez que están a punto de hacer una travesura. En la mayoría de los casos se quedan sin ideas de cómo ganarse espacio para descansar o hacer sus labores en casa, sin salirse de sus casillas por la bulla o el desorden los niños. Cuál es la solución, la experta de “Humano Contigo”, dice que se debe “trabajar su narrativa interna. El adulto debe sentirse empoderado y con capacidad para regular sus emociones. Decirse a sí mismo: ‘No puedo con este niño’ es predisponerse a soltar la disciplina. Estructurar horarios no solo para los niños sino para ellos mismos (padres, madres y cuidadores) y socializarlo en familia, es una forma de crear espacios y de alentar a que los niños conozcan esos espacios y los respeten”. Jessika brinda varios consejos prácticos para que lo apliques o realices, según los rangos de edad de los niños, para hacer su cuarentena más placida y llevadera.

De 1-5: Programar horarios para realizar actividades intelectual y emocionalmente estimulantes con videos educativos coloridos, canciones y cuentos infantiles. Hay varias Apps para estos fines. Muy importantes actividades que incluyan movimientos coordinados en forma de saltos, coreografías, caminatas o marcha dentro del hogar, colorear, juego dirigido con plastilina, legos, rompecabezas y recorte con los deditos y tijeras.

De 6-11:

También puedes realizar actividades estimulantes con videos educativos acordes a su edad y que encuentras, incluso en diferentes aplicaciones de forma gratuita. Hacer manualidades, aprender sobre música o teatro en línea, zumba (en la actualidad las haya guíadas, inclusive por instructores infantiles), motivarlos a usar diarios para expresar lo que piensan y sienten, es de utilidad, y ver películas con mensajes alentadores y que preparen reportes creativos sobre lo que aprendieron, alienta su pensamiento crítico y creativo.

De 12-18: Es importante conversar con ellos a menudo, a la vez que respeta sus espacios y privacidad, para identificar con certeza sus inclinaciones, gustos e intereses y alentarte a ellos mismos con tu propia guía, y propiciando un ambiente y recursos favorables, a la búsqueda de actividades que incluyan esos intereses.

En esas edades les gusta hablar de ellas/ellos mismos. El uso de diarios físicos y digitales y la elaboración creativa de sus planes, proyectos de vida y su historia, son especialmente motivadores. Los dibujos trabajados en arteterapia para expresarse libremente a través de la grafía y el color y que se encuentran en línea con facilidad, son también de utilidad.

Si los tratas en base a sus necesidades particulares podrás identificar las causas que los motivan a un comportamiento disruptivo.

Hay momentos en el hogar que se ponen tensos. En este caso, el consejo es no rendirse.

Establecer límites claros y hacerlos cumplir desde el amor y la disciplina positiva y consciente.

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