COSAS DE DIOS
La diferencia, según los médicos
Un amigo brinda guía espiritual a médicos que enfrentan el desafío de atender a pacientes infectados con coronavirus. Me cuenta que esos médicos han visto partir de este mundo a mucha gente, de distintas edades y característica, en el poco tiempo que lleva gravitando la pandemia que ha puesto de rodillas al mundo moderno con toda su tecnología y poderío. Aunque no ha todos.
El tercer elemento Los médicos comentan que, tal y como lo afirman los especialistas que han recabado información sobre el comportamiento de este virus son, en efecto, los más jóvenes quienes deben tener a su favor más posibilidades de sobrevivencia y, a su vez, la población adulta, mayores de 50 años, se encuentra entre la de mayor riesgo. Pero la experiencia que ellos han vivido cambia los resultados cuando, en la ecuación coronavirus-paciente, entra un tercer elemento, se llama Dios.
Los jóvenes derrotados Estos médicos aseguran a mi amigo que han atendido casos de jóvenes veinteañeros, saludables antes del contagio, es decir, el tipo de paciente que se supone está llamado a sobrevivir, pero sin fe, confiados solo en sus propias fuerzas, y pierden la batalla.
Ancianos sobrevivientes No obstante, para su asombro, han atendido los casos opuestos. Pacientes de 70, 80 y hasta 90 años, con todas las cartas en contra pero con una gran fe en Dios, gente de oración, de una espiritualidad fuerte, y han salido vencedores en la prueba.
El caso Cruz Jiminián Yo diría que un ejemplo público de un caso como estos último es el doctor Félix Antonio Cruz Jiminián. Puedo señalar que es la única figura pública que, cuando cayó enfermo de coronavirus, recibí en mi teléfono una cadena de oración de personas pidiendo por su recuperación. Y pese a que estuvo en un estado de extrema gravedad, un hombre de 69 años con dengue y coronavirus al mismo tiempo, está vivo para dar testimonio y, de hecho, fue lo que hizo en su primera entrevista pública. Reconoció que Dios le otorgó la gracia de recuperarse.
Componente espiritual Mi amigo, el que apoya a los doctores con su escucha y oración, dice que en la batalla contra el coronavirus hay un componente espiritual grande. Yo lo creo. El hombre no ha confirmado aún la cura, pero no hay enfermedades incurables para Dios. Él puede hacer la diferencia, si batallamos contra este mal, hay pruebas de que esto es así, lo dicen los médicos y lo atestigua el doctor Cruz Jiminián.