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FAMILIA

Abuelos y abuelas en tiempos de coronavirus

Abuelos y abuelas están reportando una situación triste –aunque tal vez necesaria- durante este aislamiento social debido a la pandemia por el nuevo coronavirus. Como son considerados una población de riesgo, los padres prefieren separarlos de sus nietos y evitar todo contacto físico con ellos, así no hayan presentado síntomas de la enfermedad. ¿Cómo afecta a los pequeños no ver a sus queridos y consentidores abuelos? La reconocida educadora -y abuela- Mercedes Hernández Caamaño responde algunas preguntas que seguro se hacen estos días muchas familias dominicanas.

¿Es recomendable separar a los nietos de los abuelos solo porque estos últimos son una población vulnerable al coronavirus?

Muchos abuelos y abuelas viven separados de sus nietos. Otros no viven con ellos, y a veces hacen de padres o madre. Por eso, hay diferentes tipos de relaciones con los abuelos y las abuelas. Es bueno explicarles a los niños el porqué de esta situación de aislamiento o distanciamiento. Los niños son capaces de entenderlo. El aislamiento es retirarse. Es una medida de protección para ellos y para los niños. Los abuelos son vulnerables y los niños son transmisores. Una de las medidas principales en la detención del contagio es el distanciamiento. El distanciamiento, el alejarnos es para protegernos.

¿De qué forma perjudica esta decisión la relación entre niños y abuelos?

En general, creo que los niños lo pueden entender. Con la explicación que les demos de protegerlos para que no se enfermen. A los niños les podemos preguntar cómo quieren comunicarse con sus abuelos, qué le quieren decir para que se sientan bien, etcétera.

¿Cuál es la mejor forma de abordar al niño y explicarle la situación? Hay que explicarles a los niños y ellos lo van a entender, el porqué del alejamiento o distanciamiento de los abuelos en términos físicos. Pero gracias a Dios, existen los medios telefónicos, virtuales; el facetime, el Zoom, y por ahí podemos vernos la cara. Y para los que no se pueden usar estos medios, usemos el poder de las palabras para expresarles nuestro cariño, la valoración o apreciación de ellos en nuestra vida, resaltarles las cosas que nos gustan de ellos. Los abuelos pueden contarles historias de cuando eran pequeños, recitarles poesías… En fin, podemos crear muchas formas de estar comunicados y expresando nuestros afectos y admiración por los demás. Tenemos que ayudar a los niños a ser resilientes. Es unos de los principales aprendizajes que deben tener nuestros niños, niñas y jóvenes. Aprender a ser resiliente es desarrollar en los niños y jóvenes la capacidad para adaptarse a situaciones adversas. Transformar el dolor en fuerza motora para superarse y salir fortalecido de ellas. Este es un gran desafío para los padres, madres y abuelos, enseñar la resiliencia.

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