Que la distancia sea social, no afectiva

Somos seres bio-psico-sociales. Esto quiere decir que, más allá de nuestro cuerpo, vivimos en un determinado contexto; con determinadas emociones y pensamientos.

En ese sentido, el contexto actual es evidente. Hay una pandemia que no solo se traduce en enfermedades y muertes. Es también sinónimo de emociones y pensamientos que nos perturban.

Esto ha llevado a que las personas busquen otras formas para canalizar sus emociones. Algunos han decidido dar conciertos desde el balcón; otros han aplaudido la valentía del personal de salud e incluso hay quienes han reunido esfuerzos para ayudar a los más necesitados.

En esencia, el covid-19 nos ha permitido -como colectivo- sentir a nuestros vecinos desde la distancia. En otras palabras, se ha demostrado que el aislamiento social no significa aislamiento afectivo.

Es por tanto que, ahora más que nunca, el contacto con los demás marca la diferencia. De ahí que sea preciso ver nuestra salud más allá de la enfermedad física aunque eso implique aprender a estar cerca en la distancia .