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FÁBULAS EN ALTA VOZ

En búsqueda de un mundo fabuloso

Como a mí, sé que a muchas otras personas les está atormentando la situación de pánico que vive el mundo. Ya no hay tiempo para pensar, solo para escuchar, ver y leer las falsas, ciertas y hasta sensacionalistas informaciones que bombardean por todos lados. Me entristece tanto escuchar a un niño de menos de tres años, preguntar a su abuelo por “su coronavirus”, haciendo referencia a la mascarilla, pues al parecer para él ésta es sinónimo de la enfermedad.

Largo viaje No puedo negar que todo lo que está pasando, parte de lo cual ya yo presentía, me tiene atribulada, tanto por mí como por los demás. Es como si todos tuviéramos encima una sentencia de muerte. Si no nos mata el virus, nos mata el pánico, o quién sabe si la impotencia ante la situación política de nuestro país. El caso es que para no morirme en la víspera, decidí hacer un viaje a una ciudad fabulosa. Allí todo se resuelve con la prevención, y el primer consejo es poner todo en manos del Señor.

Orar mucho es la clave Me satisfizo ver cómo ante el anuncio de posibles situaciones difíciles, la gente no entra en pánico cerrando sus puertas y acuartelándose. De ninguna manera. En ese lugar fabulo recurren a algo simple: ponerse de rodillas ante quien todo lo puede. Ante quien nos protege, no importa cuán potente sea la tempestad.

“Ayúdate que yo te ayudaré” También ponen en marcha esta frase que hace alusión a la respuesta que espera el Señor de nosotros cuando perseguimos algún favor de su parte. Para evitar el miedo, y sobre todo, para mantener la esencia misma de lo que somos como personas, allí cumplen a cabalidad con las recomendaciones terrenales. Eso sí, conscientes de que están salvaguardados por el Todopoderoso. Se lavan bien sus manos, mantienen la higiene, y sobre todo, apelan a la prudencia. Saben que todo pasará, y que algo positivo sacarán de todo esto para tener un mundo fabuloso. Regresé con esa convicción.

Muchos “coronavirus” en RD Eso sí, que al llegar aquí, saqué tiempo para analizar unas cuantas cositas que llegan a mi mente. Ciertamente, noté que en el país hay muchos “coronavirus”, pues si tomamos en cuenta que es una enfermedad peligrosa, aquí hace mucho que tenemos males peores que ese, como es el caso de nuestra política. Si nos detenemos a ver que es contagiosa, hace tiempo que anda en el ambiente el mal que con más facilidad se puede “pegar”: la ambición de poder. Ante todo esto, yo sigo en búsqueda de un mundo fabuloso.

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