Los decretos que esperamos

Mañana es una fecha con mucho peso para los dominicanos, es Día de la Independencia, y hoy más que nunca debemos darle el justo valor a esta conmemoración. De mi parte, la celebraré esperando decretos de esperanza para nuestro país.

Viajando hacia el porvenir Para ver los resultados de mi espera, preferí viajar a una ciudad fabulosa donde se aprovecha al máximo este día. Respetan por encima de todas las cosas, la sangre derramada por sus patriotas para lograr la libertad de su pueblo. De hecho, ese día es único para las autoridades, y los decretos anunciados, así lo dejan saber.

Lo que dan a conocer 3Durante la conmemoración, es costumbre que se haga votos de compromiso con la democracia, que se renueve el respeto hacia los símbolos patrios, que se eleve un canto de alegría por la libertad imperante, que se garantice por sobre todas las cosas la soberanía nacional.

No se cansan Estas proclamas no son fortuitas. Todo el pueblo las espera porque sabe que es la única manera de preservar el legado de unos padres de la Patria que aun en su tumba, quieren sentir el sabor de la libertad. Nadie negocia estos decretos. Son el compromiso social que pone por encima de todo la transparencia de los procesos electivos y de la voluntad de la población.

Educando con patriotismo En aquel lugar fabuloso da gusto ver cómo los servidores públicos le sirven de ejemplo a la gente, en especial a los niños. Cada 27 de febrero, el discurso se basa en la firme convicción de que nada ni nadie vulnerará la democracia y la libertad de la comunidad. De esta manera es que los pequeños crecen con el sentido de identidad y compromiso para defender su Patria.

Un regreso funesto ¡Qué dolor volver a mi realidad! Cuando llegué y me encontré con el sombrío panorama de mi amada República Dominicana y, en el umbral de la celebración, mañana, de nuestra Independencia, me entristeció saber que en pleno siglo 21, los dominicanos estemos protestando por lo que nos corresponde: ser libre. Así que como decretos, solo esperamos que las autoridades hagan un compromiso con la democracia, respeten la voluntad popular y nos proporcionen el clima de paz de que nos merecemos.