Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

FOLCLOREANDO

Estoy bien, pero no se lo digas a nadie...

Xiomarita Pérez

Xiomarita Pérez

Jamás me iba a imaginar que a estas alturas podía observar tantas mezquindades en los seres humanos y en la mayoría de las áreas. La gente cuando observa que una persona tiene crisis de cualquier tipo, ya sea emocional, económica o sentimental se alegra.

Es una de las razones por la que cuando personas allegadas me preguntan cómo estoy les contesto “bien, pero no se lo digas a nadie”, pero si por casualidad son gente que ni comparto le contesto que estoy mal, para que se tranquilice, ya que quieren vernos así. Si esas personas mezquinas, mitómanas, egoístas o envidiosas saben que eres exitosa irradian unas vibras tan negativas que no pueden crecer ni espiritual ni económicamente, porque al pensar en tu éxito se debilitan en producción. Esas mismas personas sin darte cuenta te sacan el jugo con informaciones y luego son incapaces de darte los créditos y lo han hecho hasta con amigos que defienden hasta después de su muerte. Son las que te mencionan en un acto, en un escrito y si hubo una discordia entre ambas, en el próximo escrito o acto pasarás desapercibida. Esas personas son las mismas mitómanas que mientras no les sirves te denigran a tu espalda, pero si les hace “el dúo” eres la mejor, y al “nadar en todas las aguas” para sacar ventajas, se convierten en desleales. Mientras estás bajo su yugo no te desarrollarás, porque aunque tengas todos los conocimientos del mundo se seguirán nutriendo de ti, porque son ellas las que deben brillar, ya que tienen el poder del convencimiento, son gurús y te convertirán en un robot o marioneta petrificándote y nunca te desarrollarás. Son las que tienen una incongruencia total consigo misma, un conflicto interno que no las deja vivir, que solo se sienten bien haciendo maldades, indisponiendo a otros. Debemos sentirnos orgullosos cuando nuestros compañeros o discípulos se destacan y progresan y que en parte sea por el apoyo desinteresado que le hemos dado y no sentirnos amenazados. Y para terminar, una cita extraviada: “Hay que liberarse de la esclavitud de los que creen que tienen la verdad absoluta”.

Tags relacionados