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FOLCLOREANDO

Olores que hacen daño

No ha sido una ni dos veces que me han comentado algunos de mis lectores del por qué no escribo de una situación que se está dando en algunos centros hospitalarios relativos a los productos de limpieza que utilizan para higienizar los baños y los pisos. A mí me sucedió cuando llevaba a mis hijas a las emergencias o internamiento, que el olor era tan fuerte que les hacía más daño que yo haberlas dejado en el hogar. Muchas veces había que nebulizarlas dos veces y a lo último internarlas, por esto.

Cuidado con las mezclas Es cierto que hay que higienizar, por los pacientes con enfermedades contagiosas, pero, ¿no existe otro tipo de producto que pueda hacer las mismas funciones que el cloro puro y esas fragancias que, a un paciente asmático lo que le puede generar es un internamiento, con el riesgo de que se ponga peor y que le tengan que suministrar esteroides? La limpieza se podría realizar hasta con vinagre blanco, claro, teniendo en cuenta que nunca se debe mezclar con químicos, porque sería muy peligroso.

Atención a los químicos En algunos consultorios de los especialistas en vías respiratorias escuchar las indicaciones médicas y al mismo tiempo respirar estos químicos, es totalmente contradictorio. Una vez acompañé a una amiga al consultorio de un neumólogo, la que fue por dificultad respitaroria, y en la mesa del galeno reposaba una copa llena de agua con un cuadrito de alcanfor, un químico.

Medidas de rigor Considero que esta situación debe ser sopesada por la administración de las clínicas y hospitales para que tomen medidas y que puedan cambiarse los productos químicos por otros más amigables, por la salud y el medio ambiente.

Recursos caseros En los carros de taxis incluyendo los Uber, también se da el caso que, algunos utilizan alcanfor por la humedad, en vez de colocar la borra de café o una fragancia natural.

Existen taxistas que no tienen el sistema de gas correcto y cuando terminan del llenado «copian» un servicio y cuando llegan a donde el cliente todavía le queda el olor a gas, ligado con el aire acondicionado, que ni ellos mismos se dan cuenta, porque se acostumbraron de tal forma, que ni lo sienten. ¿Quién nos defiende?

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