Los inquilinos

Solo son sus amigos cuando necesitan que usted les facilite su propiedad para ellos guarecerse de alguna situación penosa o peligrosa, pero en ese momento, cuando usted accede, ya se convierten en su enemigo y hasta lo califican de mal agradecido. No se puede uno perder en esto.

Ojo avizor

Hay que tener extremo cuidado al redactar el documento-contrato de alquiler y poner en éste todo lo necesario para protegerse, porque el inquilino siempre buscará con pinza todo lo que él quiera para hacerle la vida desgraciada y causarle muchísimos dolores de cabeza, además de ponerlo de mojiganga investigando la situación de los compromisos que él como ocupante de la propiedad suya deba cumplir, porque si no los paga él, los tiene que pagar el propietario. Así que despierte y haga con tiempo lo que tenga que hacer.

Largo proceso

Tómese su tiempo y revise la vivienda, asegurándose de que todo está en buenas condiciones y al día para su tranquilidad, porque no vale la pena ir a la justicia si no le pagan o le destruyen su casa, ya que entre los abogados y los juicios se le va la vida, se cansa y en muchos casos no resuelve nada satisfactorio, mientras que el otro individuo se queda muy tranquilo burlándose y olvidándose del problema.