Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

COSAS DE DIOS

Cita a las tres de la mañana

Hace más de 20 años, estuve en una misa del sacerdote Rafael Delgado, a quien todos llaman padre Chelo. En esa época, atravesaba por un momento personal difícil y una compañera de trabajo, Elsy Fernández, me habló de aquel cura tan especial cuyas misas provocaban aglomeraciones. No defraudó.

Sentía pero no comprendía Recuerdo que hacía tanto calor, y había tanta gente, que tuve la impresión de que la atmósfera hervía. También, recuerdo que el calor no me robó la gracia recibida. Lloré todo el tiempo, y los cristianos sabemos que así es como Dios nos sana las heridas. Esa noche, por primera vez, participé en una adoración eucarística. El padre Chelo paseó el Santísimo por el salón parroquial. Yo, que estaba muy perdida en asuntos de fe, sentía más de lo que comprendía, pero nunca he olvidado esa misa y, poco a poco, entiendo lo que allí sucedió.

Una petición Aquella presencia, que no podía definir, era el derramamiento del Espíritu Santo, en medio de la multitud, mientras ese sacerdote clamaba a Dios. Nunca más he vuelto a asistir a una misa del padre Chelo, pero escucho hablar de él porque mi mamá es una de los miles de feligreses que siguen por televisión las misas que celebra en la Catedral de la Vega. Pero yo, lo admito, tengo tanto tiempo sin verlo que, en principio, no lo reconocí cuando una hermana en la fe, Connie Roig, me envió un video en que él llama a los cristianos a levantarnos durante tres días, a las tres de la mañana, para pedir a Dios por nuestros hijos, nuestras familias, nuestra iglesia y por todos los países del mundo, frente al ataque sin tregua, organizado y con muchos recursos, que llevan a cabo los promotores de la ideología de género.

Un delfín no es una gallina Este sacerdote nos llama a enfrentar con oración, a las tres de la madrugada de ayer, jueves, de hoy, viernes, y mañana, sábado, esa agresiva campaña que ha logrado ponerle faldas a los estudiantes varones de México, llevar a la justicia, en Argentina, al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra, porque al tratar de salvar a una madre que intentó abortar, también, salvó la vida de su bebé y, ahora, pretende enseñar a los niños dominicanos que ellos no son lo que fueron creados, hombre o mujer, sino lo que escojan ser. Un privilegio, por cierto, que solo se le reconoce a los seres humanos, porque, si usted se fija, ningún delfín logrará que lo tratemos como a una gallina aunque aprenda a cacarear.

Vamos a desvelarnos De manera que, ponga su alarma, y levántese a las tres de la mañana, para orar. Si partimos de los resultados de una encuesta en la que el 90 por ciento de los consultados dijeron que no están de acuerdo con que en nuestras escuelas se enseñe la ideología de género, este país se desvelará para clamar a Dios, liderado por ese sacerdote de cuya unción fui testigo hace tanto tiempo. Espero que el Espíritu Santo siga acudiendo a su llamado, como aquella noche hace más de 20 años.

Tags relacionados