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COSAS DE DIOS

No parezco mocana

Me temblaban las manos. Hasta el escenario me condujo don Santiago Hilario, antiguo Presidente de la Asociación de Mocanos, entidad que, esa noche, reconocía, con el premio “Julio Brache”, a ocho descendientes de padres nativos de Moca, llegados al mundo en distintos lugares, “porque los mocanos nacen donde les da la gana”, dijo al iniciar el acto José Rafael Lantigua, presidente actual de la asociación.

El reto de hablar Supuse que solo uno de los premiados hablaría y, por lo tanto, no preparé un discurso. Fue allí, sentada, viendo desfilar tantos talentos con raíces donde también están las mías, en Moca, que comprendí mi error.

El olvido Empecé bien, luego, cedí a la tensión y junto con los temblores, llegó el olvido de algunos puntos importantes. Lo primero es que no mencioné mi gratitud a Adriano Miguel Tejada y Eduardo García Michelle, dos mocanos que me han hecho sentir como una hija más de la tierra de mi padre, el músico y compositor Cuto Estévez, fallecido en el año 1985.

La anécdota Se me escapó, también, una anécdota que don Santiago me contó. En la época de la dictadura trujillista, en un acto al que asistiría el propio Trujillo, se acercaba la hora de iniciar y mi papá, que dirigía la banda de música local, no aparecía. Por fin, a las diez en punto, la hora pautada, llegó. El gobernador de la ciudad le recriminó por lo que podría acarrearle si el general Trujillo se presentaba antes que él. Me cuenta don Santiago que mi papá escuchó al funcionario y después le respondió: “Para ser gobernador, solo se necesita una firma en un decreto, pero para ser director de esta banda de música se necesita estudiar diez años y, si se faja, tal vez, lo logre. Así que tranquilo, yo estoy aquí y el jefe no ha llegado”.

Orgullo mocano La satisfacción con que don Santiago me contó la anécdota revela ese orgullo que le hace falta a este país. Necesitamos algo de orgullo mocano en cada dominicano. Y, también, padres, como los nuestros, creadores de un legado que dio origen a personas como los premiados esa noche. Lucy Kalantari, ganadora de un Grammy; Lisi Herrebrugh, directora creativa de Nina Ricci; David Collado, alcalde del Distrito; José Antonio Molina, director de la Sinfónica, Giselle Caputo de la Maza, mercadóloga, Pablo Ortega Arnaud, deportista y Wara González Burgos, educadora.

Y Dios Trabajo, talento, creatividad y carácter pasan, de generación en generación, entre los mocanos y también, el amor a Dios del que, ¡increíble!, tampoco hablé en mi discurso improvisado, lo olvidé hasta a Él, que es mi todo. Lo que hacen los nervios, no parezco mocana, pero lo soy.

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