Obra de Iván Tovar va del dibujo a la pintura con una línea definida
Una de sus obras. FUENTE EXTERNA.
La galería de arte contemporáneo juega un papel importante en cuanto al mensaje que tiene que difundir en los diferentes componentes del sector del arte.
Lucy García tiene muchos años aportando al sector su visión muy afinada y perspicacia de lo que se puede establecer como obra arte. Sin embargo, en el caso de esta exposición en particular, es diferente porque propone un artista conocido tanto en el ámbito nacional como internacional. Es una selección de dibujos en la cual se agregaron dos pinturas.
La novedad que persenta es Iván Tovar que permite ver su paso del dibujo a la pintura. Una de las cosas más impactantes es ver cómo mantiene la línea entre las dos técnicas una fluidez.
La otra cosa es ver como los volúmenes toman cuerpo en las pinturas mientras que en el dibujo es la sombra que va definiendo el relieve de los componentes arquitectónicos de dichos dibujos.
La mayoría de los dibujos está colgados en las paredes dando un efecto de circuito, una especie de línea continua pasa de una obra a otra creando un ritmo interesante que se encuentra en las obras en sí. Algunos dibujos parecen bajar del techo flotando en el aire que solamente una barra de metal en el piso mantiene a nuestra vista para que no se vuelen. Ese montaje permite entrar en una cierta intimidad que está todavía más presente por el tipo de técnica: el dibujo. Es el reflejo del alma del artista, es la expresión de las sensaciones más profundas de los sentimientos más íntimos.
En el conjunto de obras, se revela cómo Tovar plasma sobre el papel la combinación de formas y colores para crear soluciones plásticas de alta complejidad. La línea corre como el agua entre las rocas pasando de una forma a otra en un movimiento continuo. Con su obra, se trata de buscar de dónde el artista viene y a qué movimiento pertenece, pese a que no se le puede poner una “etiqueta”.