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ARTES VISUALES

Las formas y colores de Chihuly cobran vida entre la maleza de Kew Gardens

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Paula Baena Velasco(EFE) Londres

Como si formaran parte de la vasta vegetación del jardín botánico de Londres, las coloridas esculturas de cristal del maestro Dale Chihuly (EE.UU. 1941) emergen entre la maleza de Kew Gardens en la exposición "Reflejos de la Naturaleza".

Lejos de la frialdad de la vitrina de un museo, donde el que se ha convertido en un referente en el arte del vidrio comenzó a exponer hace cincuenta años, las esculturas del americano "cobran vida" entre las plantas.

Así lo manifestó este jueves a Efe la directora de comunicación del estudio del artistas, Danielle Zarella, que reveló la fascinación del creador por los jardines e invernaderos.

"A Dale siempre le ha encantado la arquitectura y, a través de ella, también los invernaderos", explicó la directiva, que destacó la evolución del maestro cristalero desde su primera exposición en Kew Gardens hasta ahora.

Fue en 2005 cuando el estadounidense llevó por primera vez sus creaciones a los jardines situados al suroeste de la capital británica en una muestra que tuvo que alargarse por el éxito que cosechó.

Catorce años después, Chihuly "ha expandido su arte, ha aumentado la escala de sus obras y utiliza colores más atrevidos", señaló Zarella.

Distribuidos en trece localizaciones de las 132 hectáreas de los Kew Gardens, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se encuentran, completamente integrados en el paisaje, las 32 creaciones de Chihuly.

El parche que tapa su ojo izquierdo no le ha hecho perder la visión espacial que le hace a este virtuoso del vidrio crear piezas que bien podrían haber sido obra de la madre naturaleza.

Azul, amarillo, rojo, blanco, naranja se suman a la extensa paleta de colores con la que Chihuly dota a sus creaciones para que camuflarlas entre plantas provenientes de todas las partes del mundo.

"Su obra se inspira en la naturaleza, en los reflejos de la naturaleza, en su diversidad y en su belleza, por eso adquiere esas formas y colores", relató a Efe la directora de marketing de los Kew Gardens, Sandra Botterell.

Destacó la integración de la obra del estadounidense en el paisaje habitual del recinto, que hace parecer "que siempre hubiera estado ahí".

Al mismo tiempo, al igual que Zarella, subrayó la evolución del arte del americano desde su anterior incursión en la botánica londinense hace casi cinco lustros.

"Esta exposición es más grande, mucho más dramática y espectacular, refleja la manera que ha evolucionado su arte en los últimos catorce años", indicó.

Entre los enclaves más especiales donde se sitúa parte de la muestra, Botterell destacó el Temperate House, el ejemplo más grande y antiguo de un invernadero de la época victoriana.

El lugar fue inaugurado el año pasado después de cuatro años clausurado por una restauración que costó 42 millones de libras (54,9 millones de dólares).

En él se dan cita plantas de todos los lugares de clima templado de planeta -Sudamérica, África, Australia y Nueva Zelanda- que, hasta el próximo 27 de octubre, convivirán con algunas de las piezas más espectaculares del conjunto de Chihuly.

Entre ellas, un enorme ramillete de flores azules y amarillas especialmente creado para la ocasión que cuelga desde el acristalado techo, desde el que se filtran los rayos del sol primaveral londinense.

Para Botterell este tipo de muestras, festivales y eventos ayuda a "dar razones" para visitar el jardín a un público que, de lo contrario, no se acercaría al lugar.

"Me siento honrado de volver a traer mi trabajo a Kew, con su magnífico paisaje y sus extraordinarios invernaderos, unas estructuras que siempre me han cautivado", reconoció este jueves el propio Chihuly en la presentación a los medios de la exposición.

Naturaleza, luz, color y formas se dan cita en esta exhibición que, en los próximos siete meses, no dejará indiferente al espectador.

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