Toxoplasmosis

Es una enfermedad causada por un parásito llamado Toxoplasma gondii, la cual es asintomática en el 80% de los casos, y cuando se manifiesta produce síntomas parecidos a la gripe, con fiebre, dolor de cabeza y muscular e inflamación de los ganglios linfáticos. Su transmisión es principalmente por la ingesta de alimentos crudos o mal cocinados, o contaminados por heces fecales de gatos que estén contagiados por el bacilo.

Si una embarazada adquiere la infección, esta pueda pasar por la placenta hacia el bebé, siendo mayor la posibilidad de que el bebé adquiera la infección a mayor tiempo de embarazo, a razón de un 15% si la madre se infecta en el primer trimestre, 30% si es en el segundo y 60% si es en el tercer trimestre. Sin embargo la posibilidad de ocasionar lesiones en el bebé son mayores si la infección ocurre en el primer trimestre. La toxoplasmosis congénita causa afecciones cerebrales, sordera, afecciones oculares, así como afecciones cardíacas y hepáticas en los bebés.

A todas las embarazadas se les debe hacer tamizaje al principio del embarazo con niveles de IgG e IgM de toxoplasmosis, y en caso de que los títulos de IgM estén elevados, realizar amniocentesis con fines de detección del parasito en el líquido amniótico, para confirmar la exposición e iniciar tratamiento. La sonografía de tercer nivel es también una excelente herramienta de diagnóstico. El tratamiento recomendado es con Espiramicina, aunque también son efectivos la Pirimetamina y la Sulfadiazina.