¡A disfrutar los pequeños momentos!

La vida se puede ir en un suspiro. Cuando parte, en su equipaje se lleva preocupaciones, lamentaciones, deudas, cansancio, y por supuesto, todo lo bueno que hemos vivido. Ante esta realidad, y tomando como referencia el recién homicidio de la señora Cristina García, según las autoridades, a mano de su trabajadora doméstica, me he puesto a reflexionar sobre lo bella que es la vida.

A partir de ahora no solo visitaré una ciudad fabulosa, sino que me mudaré a ella. Pretendo no mortificarme por los problemas políticos que nos arropan. Al fin y al cabo, los que ocupan el poder lo utilizan más que todo a su favor, y nosotros no estamos incluidos.

A partir de ahora disfrutaré de una serie de televisión sin remordimiento. Me aprenderé y cantaré todas las canciones de ‘La Reina del Flow’ sin importar que me digan que fue concebida para los jóvenes.

A partir de ahora comeré cada vez que me dé hambre, y lo que quiera. No leeré estudios que hoy dicen que el café hace daño y mañana que es bueno para la salud. Trataré de no enterarme de esas investigaciones porque al final del camino, tenemos que echar mano a lo que está a nuestro alcance.

A partir de ahora me limpiaré la boca con el pan para retirar los restos de comida que me queden luego de degustar una sabrosa pasta. No importará que quién me vea haga juicios sobre mi comportamiento, pues el pan es mío y la boca también.

A partir de ahora no es que vaya a ser una “rebelde sin causa”, pero sí trataré de pensar más en mí que en los demás, en amarme y disfrutar los pocos momentos bonitos que nos toca vivir en un mundo convulso y despiadado. A partir de ahora esta será mi realidad.