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VIAJE

Quattre Fontane el más bello cruce de calles

Por Florencia cruza el río Arno, representado en esta fuente de Quattre Fontane, en Roma.

Por Florencia cruza el río Arno, representado en esta fuente de Quattre Fontane, en Roma.

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Carmenchu BrusíloffSanto Domingo

Es mi cruce de calles favorito. Aquel donde en cada esquina hay una fuente y cuya plaza, por esa misma razón, lleva tal nombre: Quattro Fontane. Alejada de los circuitos turísticos la conozco de un viaje anterior a Roma. Para enseñársela a mi hija Carmen nos desplazamos a nuestro aire caminando por la Vía XX Settembre, prosiguiendo sin prisas por aceras con escasos peatones. A nuestra derecha, el edificio del Reggiment Corazzieri, la unidad de élite militar y guardia de honor del Presidente de Italia. En la otra acera, el Palacio Baracchini, del siglo XIX. Pertenece al Ministerio de Defensa que le queda al frente, en otro palacio. No es de extrañar. En esta cuadra, como en tantas otras de Roma, se suceden los palacios.

A pocos pasos, sin que la fachada refleje lo que aloja, está la iglesia de St. Andrews, una congregación escocesa. A fines del siglo XIX se permitió su construcción con la condición de que su exterior no pareciese un templo.

En ésta, la primera ciudad moderna de Europa, categoría conseguida debido al programa de urbanismo llevado a cabo por el papa Sixto V durante los cinco años de su pontificado (1585-1590), no sorprenden las obras de arte al exterior. Con ellas tropieza la mirada por muchos rincones y sin buscarlas.

En nuestro caso lo tenemos pautado: la intersección de la XX Settembre con Via delle Quatro Fontane, el punto donde la primera cambia de nombre a Via del Quirinale; y la segunda se convierte en Agostino de Pretis. Es la intersección que forma la plaza Delle Quatro Fontane.

Destino Cada esquina está cortada en chaflán y con huecos de diferentes formas y tamaños. En cada uno resalta una fuente con una escultura en mármol. En el siglo XVI, cuando fueron instaladas, a sus espaldas se extendían jardines. Hoy las rodean edificios. Del lado norte, las estatuas representan al río Tíber, a cuyas dos orillas se extiende Roma; y al río Arno, que pasa por Florencia (un libro-guía señala esta última estatua como el Nilo; supongo es un error). Del lado sur vemos a Juno, esposa de Júpiter, protectora de la mujer; y a Diana, diosa romana de la caza y de la naturaleza salvaje. A cuál más hermosa. Mirando a la redonda, esto es Roma: un espectáculo de arte.

Recreación del río Tíber, a cuyas dos orillas se extiende Roma. CARMENCHU BRUSÍLOFF

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