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PAREJA

¿Son el hombre y la mujer diferentes en el amor?

El cerebro masculino y el femenino se comportan de forma distinta. ISTOCK

El cerebro masculino y el femenino se comportan de forma distinta. ISTOCK

¿Alguna vez escuchaste decir que los hombres son de Marte y las mujeres de Venus? La afirmación, basada en un popular libro de John Gray, denota las diferencias que existen entre ambos sexos.

Esas diferencias son reales, inciden en la relación de pareja y se deben, en parte, a que el cerebro masculino y el femenino se comportan de forma distinta. En esto coinciden Víctor Martínez, Salvador Espinal y Alma Portorreal, quienes son psicólogos y terapeutas.

“No podemos generalizar”, aclara Portorreal. Sin embargo, asegura, “somos física, orgánica y emocionalmente diferentes”.

Ellos son monofacéticos; ellas, multifacéticas. Ellos son más racionales; ellas, más emocionales. Ellos se guardan sus problemas; ellas los expresan verbalmente. Ellos no tienen gran intuición; ellas sí.

Parte de esas diferencias tienen un origen muy remoto, explica Espinal. En tiempos prehistóricos el hombre se dedicaba a la cacería, que requería un alto nivel de concentración, mientras la mujer se quedaba en el campamento pendiente de muchas y diversas tareas. Esta división de responsabilidades influyó en el desarrollo de los cerebros de ambos.

Complementariedad

La suma de sus disparidades da como resultado una sexualidad también distinta, expresa Martínez, quien indica que las disfunciones sexuales se encuentran entre los factores que más problemas ocasionan en las parejas.

Pero las diferencias, lejos de ser un problema, constituyen una ventaja, pues permiten que se desarrolle una relación de complementariedad. En esto coinciden Martínez, Espinal y Portorreal, quienes participarán en la conferencia magistral “Cómo fortalecer nuestra relación de pareja”, el próximo viernes 29 de marzo, a las 7:00 de la noche, en Casa San Pablo.

El problema real, para estos psicólogos, radica en la falta de conocimiento y aceptación de las diferencias.

“Se ha insistido en que somos iguales”, comenta Espinal; “pero, si somos iguales, esperamos que el otro piense y reaccione como nosotros”. Gran error.

Por el contrario, reconocer que el hombre y la mujer no son iguales, concluyen los terapeutas de pareja, allana el camino para una mejor y más sana relación.

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