Un concepto de amor reseteado

En medio de tanta violencia y actos viles en nombre del que se supone es el sentimiento más sublime que existe, es necesario cuestionar, desaprender y construir desde cero el concepto que se tiene del amor, para cultivar relaciones interpersonales sin cuartar la libertad de la otra persona.

El control, la obligación, los celos y el pensamiento de posesión no son sinónimos de amor, sin embargo, las ideas machistas han permeado tanto en la sociedad que se ven como normales y son aceptadas como buenas y válidas.

Normas sociales erróneas

“Una norma social es una creencia que establece una sociedad de acuerdo a sus valores y principios y que se convierten en mandatos que deben ser cumplidos. La finalidad es crear una mejor convivencia y relaciones interpersonales.

Son reglas que no están escritas, pero se esperan que se cumplan.

Muchas de ellas son transmitidas como comportamientos esperados de generación en generación”, explica la psicóloga Soraya Lara, directora del Centro Asistencia Familiar.

Esa forma de pensar, de hacer las cosas, las repetimos, sin cuestionar, muchas veces por costumbre, sin saber la razón.

A la interrogante de por qué muchas veces se asocia el amor a la posesión y el control, la terapeuta sostiene que las personas controlan con la finalidad de poseer para que los demás se plieguen a sus deseos, pierdan la autonomía, abandonen su forma de pensar e incapacitarles para tomar decisiones.

“El amor cura y calma. Es un sentimiento afectivo universal que se tiene hacia otra persona, con quien nos sentimos a gusto, en calma y en confianza. Dentro de las consideraciones sobre el amor, se habla de esto como valor que establece la diferencia entre el bien y el mal: ‘Quien ama no hace daño ni hace sufrir’.

Un estudio llamado “Imaginarios de Violencia Contra las Mujeres en Personas Jóvenes” realizado en ocho países de Latinoamérica, incluyendo República Dominicana, muestra la normalización de actitudes que sustentan el control sobre las mujeres en las relaciones de pareja, justo en gente joven, arrojando datos preocupantes sobre la forma en que la generación emergente entiende que es correcto relacionarse.

La cuarta normal social del estudio presenta que los hombres dominicanos entienden que deben controlar a las mujeres.

La psicóloga, Soraya Lara, desmiente algunos ideas erróneas que tienen los jóvenes.

URGE EL CAMBIO DE MENTALIDAD FEMENINA

Pero no solo el machismo está arraigado en hombres, son doctrinas que se les enseña a las mujeres desde niñas. En el estudio, el sexto imaginario es sobre cuán normal es que las mujeres aguanten violencia porque un hombre tiene el derecho de disciplinar su comportamiento.

44% de las mujeres entre 20 a 25 años creen que las chicas entienden que la violencia es normal en una relación y por eso.

71% de las encuestadas de 20-25 años entienden que aguantan la violencia por dependencia económica.

78% de las adolescentes de 15 a 19 años dicen que las mujeres aguantan la violencia por los hijos.

77% de 15-19 años: “Las mujeres no salen de la violencia porque el hombre amenaza con matarla”.

Campaña

Este informe regional adaptado a República Dominicana fue realizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO) y Oxfam.

Para el caso de República Dominicana se realizó con jóvenes de 14 a 25 años de San Cristóbal, Santiago, Azua y Santo Domingo. De ahí sale la campaña ¡Resetéate!, patrocinada por Oxfam, Confederación Nacional de Mujeres Campesinas (Conamuca), el Centro de Estudios de Género del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (Intec), el Instituto de Género y Familia de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y el Núcleo de Apoyo a la Mujer (NAM).

La campaña busca provocar debate entre la gente joven alrededor de formas de pensar y conductas machistas que sustentan violencia hacia las mujeres: celos, control de sus cuerpos y estereotipos de género. El mensaje es contundente: ¡Basta de justificar la violencia machista! ¡Vamos a relacionarnos de manera sana!

PIENSA DIFERENTE...

1. Mira las señales

“No es violencia revisar el celular de la pareja”. El 78% de los encuestados entre 15 a 19 años lo cree. Revisar constantemente el celular, devolver las llamadas que le hacen a la pareja para saber quién llamó y para qué, son conductas de control que invaden la privacidad de la pareja. La revisión constante condiciona a la otra persona a evitar que le llamen para no estar expuesta a la tensión que le genera este tipo de control, que asociado con celos obsesivos podría desencadenar en episodios de agresión o aumento de las conductas controladoras en la que llegan a acusar a la pareja de estar en contacto con otra persona que se supone tiene alguna relación.

Violencia es toda conducta ejercida desde el poder a través del control. Esta es una forma de control para que la persona pierda toda su red de apoyo social”.

2. Sin condicionamientos

“NO ES VIOLENCIA CONTROLAR LAS REDES SOCIALES DE LA PAREJA, DÍGASE, DECIRLE QUE FOTO SUBIR, A QUIÉN SEGUIR, ETC”. EL 62% DE LOS HOMBRES ENTRE 20 A 25 AÑOS.

“La persona controladora desarrolla una serie de conductas con la intención de aislar a la persona y quebrantar toda su red social y familiar para debilitar su red apoyo más cercana. Las conductas controladoras tienen la finalidad de aislar y condicionar a la pareja a la dependencia”.

3. No a los celos

El 76% de los jóvenes entre 15 a 19 años entienden que los celos son una expresión de amor. “No son una expresión de amor.

El celo posesivo en el que la persona celosa vigila y controla constantemente no es amor, es control. Es una persona que se siente insegura de sí misma y vive bajo el temor de que su pareja lo abandonará o lo sustituirá por otra persona imaginaria. A diferencia de la conducta de celos que busca equilibrar la relación cuando uno de los dos se distancia y se altera el funcionamiento cotidiano y los rituales de la pareja, eso es distinto”.

4. Vestir al gusto

ES NORMAL DECIRLE A LA PAREJA QUÉ ROPA DEBE USAR, 58% ENTRE 20 A 25 AÑOS.

“Estar en una relación de pareja implica la unión de dos personas adultas, autónomas y maduras, por lo que no mostrarán comportamientos controladores de la forma de vestir de la pareja”.

5. Fomoentar el respeto

Un 70% de jóvenes dice que en las peleas entre parejas es inevitable que surjan los gritos e insultos.

“Las peleas remiten a la resolución violenta de una discusión o de un conflicto.

Si la solución es violenta surgirán los gritos, insultos y hasta agresiones físicas.

Insultar es dirigir palabras hirientes y ofensivas. La pareja funcional discute, expresa sus diferencias sin insultarse, gritarse ni herirse.

Una pareja funcional recurre al diálogo y al entendimiento en un entorno de respeto, con el fin de lograr un acuerdo o un propósito.

La comunicación es clara, abierta y fluída. Si alguna vez inician una discusión y consideran que se exaltarán los ánimos, generalmente, uno de los dos decide posponer el tema, retomar la calma y luego inician el diálogo. Aprenden a enfrentar los conflictos sin llegar a pelear y asumir actitudes que lastimen a la pareja”.