Candidiasis vaginal

La candidiasis es una infección causada por un tipo de hongo llamado Cándida albicans, el cual normalmente vive en distintas partes del cuerpo, como la boca, garganta y vagina, pero en pequeñas cantidades gracias a una bacteria llamada Lactobacillus que sirve como protección. Cuando hay un sobrecrecimiento de este hongo, aparece entonces el cuadro clínico de la candidiasis. Se le conoce también como moniliasis vaginal.

Los síntomas característicos son secreción verdosa grumosa, prurito y ardor en vulva y vagina acompañado de un rash o erosión, y dolor durante la relación sexual.

El diagnóstico se realiza mediante el examen físico y por la presencia del hongo en un cultivo de secreción vaginal. El Papanicolaou puede servir también para su diagnóstico al observarse esporas en la muestra.

Los factores de riesgo para su aparición, sobre todo en los casos recurrentes, son el uso de ropa interior que no sea de algodón, baños con agua de estanque o pozo, uso de duchas vaginales, el embarazo, la diabetes mellitus, la toma de anticonceptivos orales y el exceso de antibióticos.

El tratamiento es a base de óvulos y cremas que contengan antifúngicos, tales como el Clotrimazol, el Ketokonazole, y tabletas orales de Fluconazol.

Es recomendable darle tratamiento a la pareja sexual.

Aunque existen muchos tratamientos caseros, tales como baños de asiento con vinagre o bicarbonato, el uso del yogur y algunos tipos de té, se recomienda asistir al médico cuando se sospecha una infección, sobre todo si la mujer se encuentra embarazada.

La candidiasis es la segunda infección cervico-vaginal en frecuencia, superada solo por la vaginosis bacteriana, y puede verse en niñas desde antes de su primera menstruación, hasta en mujeres en la posmenopausia. Tres de cada cuatro mujeres van a tener al menos un episodio de candidiasis en su vida y el 5 % tiene infecciones recurrentes, o sea, más de cuatro episodios en un año.