REALIDAD Y FANTASÍA
Contando los días

Febrero se desliza rápidamente, es el mes más corto, pero lleno de celebraciones. La fiesta del amor se acerca y las tiendas están abarrotadas de corazones en todos los tamaños y materiales, empezando por los de chocolate, ¡la debilidad de mi ilustre factótum! Aunque pasen los años y queden lejos aquellos en los que la rondaban los mozos, su corazoncito permanece joven y su imaginación construye fantasías románticas.
Volvió a casa tras acudir a un centro comercial y se desató en comentarios sobre la parafernalia alrededor de la celebración de san Valentín, luego me lanzó una indirecta, comentando sobre los corazones de chocolate que exhiben para tentar al más estoico de los mortales.
Flores y chocolates, además de ositos dormilones, componen el trio perfecto para celebrar el amor. Ridículo y comercial, sin dudas, pero capaz de derretir cualquier corazón enamorado o solo ilusionado. La publicidad y los intereses comerciales, han penetrado en el inconsciente y el alma de los ciudadanos, la tendencia romántica enquistada en todos, aflora de inmediato para satisfacción del comercio. Estoy segura de que alguien obsequiará a Emma una caja de chocolates en forma de corazón, en el venidero Día del Amor y la Amistad, ¡solo resta contar los días!