“El mundo de la empresa se une a la lectura compartida”

“Cuando compartes lo que lees en un grupo estás invitando a otro a que te acompañe en ese viaje infinito que es la lectura”, nos dice el escritor José Mármol, subrayando el placer que le ha supuesto el círculo de lectura “Letras Azules”, creado en el Banco Popular por la vicepresidencia ejecutiva de Gestión Humana, Transformación Cultural y Sistemas y Procesos, a cargo de la señora Antonia Antón de Hernández.

El escritor José Mármol labora en esta empresa desde hace tres décadas, actualmente es el vicepresidente ejecutivo de Relaciones Públicas y Comunicaciones. Es el mentor de los cuarenta y cinco empleados/lectores que nos esperan en uno de los salones de la entidad financiera especialmente preparado para su cita mensual (sillas dispuestas en semicírculo, agua, café, y libros), que en esta ocasión tendrán la oportunidad de comentar el libro “La Mirada” de la escritora dominicana Ida Hernández Caamaño.

¿Cómo surgió esta iniciativa? Es la pregunta indefectible que les realizamos a los miembros que van llegando a la cita. Nos cuentan que el grupo se gestó a raíz de un censo que realizó la División de Bienestar Organizacional de la vicepresidencia ejecutiva de Gestión Humana, Transformación Cultural y Sistemas y Procesos del banco para determinar los intereses e inquietudes de sus empleados. Los deportes, la gastronomía y, especialmente, la lectura, fueron las actividades que más atraían a los encuestados; por ello, convocaron a María Angélica Haza, vicepresidente de Tesorería y Mercado de Capitales, pues “conociendo su habilidad y su debilidad por los libros consideramos que era la persona idónea para coordinar la lectura compartida”, nos revela Elizabeth Hidalgo, en ese momento, gerente de la División de Bienestar Organizacional. El éxito fue rotundo, una respuesta generosa que requirió imponer restricciones: “para que el círculo se perpetuara en el tiempo fue necesario cerrar el grupo cuando hubo cuarenta y cinco miembros”, nos explica Massiel Pérez, gerente de Bienestar de la entidad financiera.

El círculo de lectores “Letras Azules” tuvo su primera reunión el pasado 14 de junio y, desde entonces, se han dado cita el segundo jueves de cada mes. Una de las decisiones más importantes fue, sin duda, seleccionar los libros con los que iban a iniciar su aventura literaria. Aconsejados por su mentor, José Mármol, comenzaron por los autores dominicanos en sus diferentes géneros: poesía, cuento, novela y ensayo. “Una decisión acertada”, nos cuenta María Angélica Haza, pues “en mi caso, que tengo una formación muy sajona, he podido redescubrir la calidad literaria de nuestro país”. Hasta la fecha, la metodología ha sido variada, aunque en muchas oportunidades han podido contar con la presencia del autor del libro que van a discutir o de algún experto en el tema a debate, “como fue el caso de La Fiesta del Chivo, que pudimos conectar con Álvaro Llosa a través de Skype”.

Llega al salón la vicepresidente ejecutiva de Gestión Humana, Transformación Cultural y Sistemas y Procesos, Antonia Antón de Hernández y Jeanne Marión-Landais, gerente de división Gestión Interna, y les invitamos a tomarnos una foto conjunta antes de iniciar la sesión. Nos percatamos de que en este grupo no existe más jerarquía que la que deviene del entusiasmo: se ha eliminado el trato de “don” o “doña” para resultar simplemente compañeros que pedirán la palabra para expresar su opinión sobre el libro. Víctor Hilario, de la División Responsabilidad Social Corporativa afirma que tienen en común la pasión por la lectura, secundado por Ricardo Arias, del Departamento Auditoria de Oficinas Zona Metropolitana, quien nos asegura que “la dinámica de reclutamiento hizo que estuviéramos aquí los primeros que nos inscribimos cuando salió la información en la intranet del banco”. El círculo de lectura “Letras Azules” es heterogéneo; muchos se conocían de vista o por el nombre, pero aquí han estrechado lazos de una manera muy natural. Algunos, como Daysi Almánzar, se unieron porque buscaban disciplina lectora; otros, como Miguelina de la Mota, por generar el hábito de la lectura, ya que “mi madre no se acostaba jamás sin leer”... Lo importante es que han conseguido convertir las dos horas que comparten al mes en un espacio de crecimiento personal.

Gabriela Llanos @gllanosg gabriela.llanos@gmail.com Clidia Díaz @clidiadiaz clidiadiaz@yahoo.com

“LA MIRADA DE IDA HERNÁNDEZ CAAMAÑO” Ubicados en semicírculo, centramos la atención en la escritora Ida Hernández Caamaño, invitada especial de “Letras Azules” para conversar sobre su libro “La Mirada”, una compilación de textos inspirados en fotografías para la revista “Oh Magazine” del Listín Diario, que datan de finales de la década de los 90. La autora nos atrapa desde la primera frase: “Soy enemiga de los emoticones de WhatsApp, son un recorrido hacia atrás, hacia los petroglifos diez mil años antes de Cristo”. Se declara defensora del uso pleno del lenguaje para combatir la banalización del pensamiento: “en literatura, la palabra, el lenguaje, lo es todo; este libro es un acto de fe en la palabra y un acto de amor”. Su obra se expresa en prosa poética, “que, igual que la poesía articula una comunidad de sentimientos celebrando la palabra, y tiene una consecución de imágenes, no de sucesos como el cuento”. Treinta y ocho textos, sensaciones, pequeñas historias que, como nos adelanta el escritor José Alcántara en el prólogo, “formulan un diálogo con las imágenes de fotógrafos distintos por su formación y pericia. Son conversaciones llenas de preguntas más que de respuestas”. Las dos horas de tertulia se pasan sin darnos cuenta, imbuidos en las “amadas palabras” de Ida Hernández Caamaño, llenas de poesía, de rigor, de dolor y también de humor. Nos despedimos agradeciendo aquello que tan afortunadamente ha explicado la autora: “publicar rompe la soledad que acompaña al escritor; es la huella visible del pensamiento invisible”.