El agradecimiento

En momentos en los que se tratan a diario temas sobre la violencia contra la mujer y, en el peor de los casos, los feminicidios, hay que agradecer sobremanera que una institución se dedique a observar el trabajo y el aporte que hacen las dominicanas para cambiar la página.

Eso es lo que hace la Federación de Mujeres Empresarias Dominico Internacional (FEM) cada año cuando elige a 12 mujeres para reconocerlas con el ‘Galardón FEM’, que en este 2018 incluyó a una servidora, que hoy agradece con humildad el valioso gesto.

Al Señor le agrada que las personas sean agradecidas. ¿Y cómo no serlo? Vivimos en un país repleto de mujeres valiosas, capaces, con grandes dotes de altruismo, con sobradas competencias para desenvolverse en cualquier rol que les toque desempeñar, y lo mejor, con mucho deseo de seguir superándose y darlo todo por su país. Entonces, que estés entre las escogidas, es un gran honor.

Doña Luisa de Aquino, junto a la directiva y a todas las mujeres que integran la entidad, han hecho que quien escribe, se sienta como en una ciudad fabulosa, no solo por haber sido seleccionada sino por esta iniciativa, que desde hace años echaron a andar para resaltar los valores de la mujer y empoderarla para hacer frente a una sociedad que por lo regular, solo le da protagonismo cuando se trata de algún tipo de violencia hacia ella.

Con su ‘Galardón FEM’ hacen que las mujeres que lo reciban, sepan que además de reconocer sus aportes y su trayectoria, esta distinción las empodera para que puedan contribuir a cambiar la página, y llevar a otras a vivir en un lugar fabuloso donde reine la paz, la tolerancia, y sobre todo, el respeto a la igualdad de género.

Que este reconocimiento sirva, no para alimentar el ego y mucho menos para decorar un espacio en la casa que ‘habla’ de grandes logros, sino para que como mujeres de bien, se unan a la lucha en favor del valor de la mujer como ser humano, no como un objeto que muchos utilizan para hacer fama, escudados en que están defendiendo los derechos de las dominicanas, cuando en el fondo es todo lo contrario.

De ahí que entiendo que el agradecimiento que debemos retornar a FEM es valorar en su justa dimensión un galardón, cuya única misión es hacer que todas las dominicanas sean merecedoras de los más encumbrados lauros, no importa su clase social, credo, o inclinación política. Mis felicitaciones y humildes gracias para ellas, por tan encomiable labor.