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Premiada la escultura de Freddie Cabral
Agradecimiento. Este es para mí un reconocimiento a la escultura dominicana, ya que es la primera vez que esa categoría es premiada.
La Fundación Corripio de Artes, acaba de otorgar el premio correspondiente al 2018, al artista Freddie Cabral, categoría Escultura, avalado por su sólida formación académica en escultura. Su entrega total al oficio durante cuatro décadas, a través de una notable diversidad de materiales y técnica siempre renovadas, su actitud aglutinadora y altruista, así como su dedicación a la investigación y docencia.
El galardón, tan apreciado por todos los artistas dominicanos, fue otorgado a unanimidad por los jurados: Myrna Guerrero, Marianne Tolentino y José Alcántara Almánzar, quienes debido a sus méritos polifacéticos como, dibujante, pintor, arquitecto, ceramista y sobre todo, por su destacada labor como escultor. Ha realizado una carrera trascendente en el ámbito nacional e internacional en la que se destaca una obra única en la que se desdobla en el metal, la madera y la terracota.
El llamado Rey del Metal, hizo de esos materiales un recurso novedoso, al mezclarlos en la realización de su obra e implementar varios de esos elementos químicos que, al unirlos con gracia, creatividad y medios tecnológicos han convertido su labor tridimensional en algo mágico y espectácular.
Dado su humildad y carenciado de buscar premios para su labor, fue su esposa Elena Acevedo y la galerista y promotora cultural Ana María Henríquez, quienes lo animaron para que preparara su ‘dossier’ junto con la complicidad de su maestro e impulsador de su carrera, el crítico de arte y arquitecto, César Iván Feris Iglesias.
Freddie Cabral, tiene Record Guiness, por ser el escultor en el mundo que posee, cuatro décadas de metal, cuatro décadas de madera y tres décadas de terracota. El artista dice que es un reconocimiento a la escultura dominicana, ya que es la primera vez que esa categoría es premiada.
((Su obra Dominicanidad
Para hacer esa obra que lo identifica, Freddie se acoge a la idiosincrasia del pueblo dominicano. Esa realidad la proyecta con amor en cada expresión de su entorno. La mujer dominicana es bella y voluptuosa y a través de sus movimientos realiza sus volumetrías, tan dinámica y sensual como ella lo es en su medio ambiente y donde lo étnico lo codifica con gran respeto y amor por sus ancestros.