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LUEGO DEL BISTURÍ

Mitos del bótox

El cambio en las facciones del rostro y la adicción al bótox son algunos de los mitos que rodean esta sustancia. El bótox es un medicamento que contiene toxina botulínica tipo A, utilizada para el rejuvenecimiento facial. Se obtiene de manera biosintética y se aplica en los músculos que causan las arrugas o líneas de expresión muy marcadas, relajándolos y manteniendo la expresión natural del paciente.

Aquí les mostraré algunos mitos: Mito: se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo.

Realidad: en cuanto a estética, se aplica en líneas de cara y cuello. En la zona de nariz y labios hay que tener cuidado, porque una mala aplicación podría cambiar las facciones o provocar una parálisis no deseada de un músculo. Se utiliza en otras zonas del cuerpo (como brazos y piernas) con ciertos males como la parálisis espástica.

Mito: los resultados se ven de forma inmediata después de su aplicación.

Realidad: los efectos comienzan a notarse del tercer al quinto día. De 10 a 14 días es el efecto final.

Mito: tiene efectos secundarios.

Realidad: es un muy seguro. Los efectos que pudieran darse serían por una mala técnica de aplicación o no seguir las indicaciones de su médico.

Mito: los 20 años no es buena edad para usarlo.

Realidad: no hay una edad mínima, pero es preferible que sean mayores de edad. El mejor momento para su uso es cuando las líneas de expresión causan conflicto a la persona.

Mito: si se suspende su uso las arrugas serán más profundas.

Realidad: si se utiliza una sola vez, se van a tener resultados favorables. Si no se repite la aplicación, lo peor que puede pasar es que el paciente quede como estaba. No se cae la piel ni las arrugas se hacen más evidentes. El bótox es para vernos y sentirnos mejor.

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