En buenas y malas

Algunos conyugues chocan contra la roca del divorcio, otros resisten, pero sin alegría, y muchos se elevan hasta llegar felices a la cumbre. La pareja debe persistir en altas y bajas, pues no es suficiente solo cohabitar juntos. Se requiere compromiso, entrega y tiempo para resolver los percances grandes y pequeños; por tanto hay que tener buena razón para casarse y escalar peldaños hasta llegar a ser dos en uno. Ese debe ser el blanco.

El matrimonio es más que una institución humana, y quizás el eslabón que falta es la nobleza, la mística, por tanto su enlace puede ser bendición o tormento. Ante los problemas busquen ayuda, la enfermedad sin medicina se agrava. Tal vez ante el tormento vislumbren el divorcio, pero eso no siempre es la respuesta. Puede que lo que necesiten sea revivir su amor, que es el remedio para todo mal, frustración, angustia, tristeza. Amor es el empuje divino que restaura y puede ser la clave para obrar milagros en ti.