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CARDIOLOGÍA PARA TODOS

Beta amiloide y enfermedad arterial coronaria

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Recientemente, la reconocida revista médica “New England Journal of Medicine” (ORIGINAL RESEARCH |22 MAY 2018, Amyloid- (1-40) and Mortality in Patients With Non-ST-Segment Elevation Acute Coronary Syndrome: A Cohort Study), el pasado 22 de mayo publica una investigación realizada en hospitales de 7 países de Europa, mediante un diseño retrospectivo y con dos cohortes independientes, en el cual evalúan el pronóstico y su valor, de los niveles basales de la proteína beta amiloide 1-40 (Amyloid- (1-40) (A40), y la enfermedad isquémica coronaria. Partiendo de la premisa de que el amiloide Beta está implicado en el mecanismo de desestabilización de la placa de ateroma, correlacionándose con efectos adversos en la enfermedad arterial coronaria estable.

Los pacientes fueron seguidos por un período de 21.9 a 24.9 meses, comparando 1145 pacientes del grupo de estudio Heidelberg y 734 pacientes APACE (“Advantageous Predictors of Acute Coronary Syndrome Evaluation”- en inglés) y las conclusiones indican que los niveles de Amyloid- pueden predecir la mortalidad subsecuente en pacientes con infarto al miocardio sin elevación del segmento ST, y que ésta puede tener un factor pro inflamatorio con propiedades pro trombóticas.

Una publicación firmada por Amy Orciary Herman, en Anales de Medicina Interna, Amyloid-Beta (1-40) Strong Predictor of Mortality in Acute Coronary Syndrome) (evaluando niveles séricos de Amyloid-(1-40), con seguimiento de 1900 pacientes adultos con angina inestable, infarto al miocardio sin elevación del segmento ST , por un período de 2 años, se observó una mortalidad de 195 pacientes. Los pacientes con elevaciones séricos superiores presentaron un incremento de riesgo de un 50 % , considerando que los niveles de séricos de Amyloid-parecen ser más precisos que otras escalas, comparados con la GRACE que evalúa variables como edad, sexo, frecuencia cardiaca, paros cardiacos, entre otros.

Los autores entienden que aún faltan más ensayos clínicos para definir estos parámetros, lo interesante está en el hecho de que siempre se consideró a la Proteína Tau fosforilada y el Amyloid- (1-40) como RIESGO EN ENFERMEDADES DEGENERATIVAS NEUROL”GICAS.

Estos hallazgos nos plantean una reevaluación de dichos marcadores, conociéndose en investigaciones realizadas a través del Banco de Cerebro de la Ciudad de México, Dr. Raúl Mena López, la presencia del Amyloid-en otros tejidos, como la mucosa de la boca, páncreas, piel, entre otros.

Dr. Víctor Rivas Medico Neurólogo Asociación Instituto Dominicano de Cardiología

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