Santo Domingo 23°C/26°C thunderstorm with rain

Suscribete

Diversión

Cruceros contiguos: dos veces es mejor que una

Facilidades. A veces las líneas de cruceros ofrecen descuentos si uno compra boletos para dos travesías contiguas y en ocasiones hay ofertas especiales que pueden incluir pasajes aéreos gratis para llegar al crucero.

Facilidades. A veces las líneas de cruceros ofrecen descuentos si uno compra boletos para dos travesías contiguas y en ocasiones hay ofertas especiales que pueden incluir pasajes aéreos gratis para llegar al crucero.

Avatar del Listín Diario
Georgina Cruz | Especial para LDInternaciona

Con frecuencia los pasajeros de cruceros se dicen: “¡Cuando al fin conocemos el barco, es hora de bajarnos!”. Mi esposo Humberto y yo nos hemos sentido así en más de una ocasión. Particularmente después de una travesía de una semana o menos. Pero hemos dado con una solución: ¡tomar dos cruceros contiguos!

La idea nos vino mientras estábamos navegando en el barco Koningsdam, de Holland America, por el Caribe el invierno pasado. La directora del crucero, Christina Purcell, les preguntó a los pasajeros que estaban compitiendo en un torneo de trivia la última tarde del crucero que cuántos de ellos se quedaban para la próxima travesía. Nos sorprendimos al ver que una docena de personas levantaron la mano.

Una pasajera que levantó la mano dijo que ella y su esposo se quedaban porque les gustaban los cruceros largos y combinar dos cruceros cortos para hacer uno largo les venía bien.

Otra pasajera nos dijo que ella había optado por dos cruceros contiguos porque todavía había mucho frío donde ella vivía, en Nueva York, y por lo tanto no quería regresar aún.

Cada invierno, nos dijo la neoyorquina, se van de su casa, se pasan unos días en Florida y toman dos cruceros contiguos al Caribe. Cuando regresan, ya falta poco para la llegada de la primavera. “¡Es una gran sensación!”, nos dijo.

Tenía sentido. En el caso de nosotros, vivimos en Florida, así que no nos tenemos que escapar del invierno, pero pensamos que nos vendría bien tener un descanso del calor y los huracanes floridanos en el verano. Como vivimos en una isla barrera en la Florida tenemos evacuación mandatoria cuando hay huracanes, así que como tenemos que partir de todas maneras, ¿por qué no ir de viaje?

Optamos por dos cruceros contiguos de 14 días cada uno en el barco Veendam, de Holland America, visitando puertos en Nueva Inglaterra y en Canadá desde Boston a la linda ciudad de Montreal y viceversa. Durante esos 28 días disfrutamos de temperaturas en los 70 grados en vez de 90 y tuvimos que desempacar solamente una vez (también incurrimos en gastos de vuelos, transporte al aeropuerto, cargos por equipaje, etcétera, solamente en una ocasión, en vez de dos veces, si tomamos dos cruceros en diferentes épocas del año).

Por los museos En Halifax, Nova Scotia, podíamos optar por un tour de todo el día a la pintoresca villa de pescadores de Peggy’s Cove con su lindo faro, y también visitar la Citadela, impresionante fuerte de Halifax, al igual que pasearnos por el malecón con sus “farolas borrachas” y visitar los estupendos museos de la ciudad incluyendo el Museo Marítimo con una muestra estupenda relacionada al Titanic.

En Quebec City –una ciudad preciosa y muy francesa– un día podíamos hacer una caminata por el Viejo Quebec, Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, al igual que hacer una gira en autobus turístico por la ciudad moderna con su Grande Allee (un bulevar inspirado en los Campos Eliseos de París), y disfrutar del té en el elegante Fairmont Le Chateau Frontenac con deliciosos emparedados, tés, dulces, panecillos con mermeladas caseras y crema de Devonshire. Otro día podíamos ir de excursión a la bella cascada de Montmorency. En algunas ocasiones después de un crucero habíamos pensado que queríamos regresar a un puerto –ahora regresaríamos y pronto–.

Y además de solamente tener que desempacar una vez, hay otras ventajas incluyendo poder disfrutar más de las facilidades del crucero incluyendo su Greenhouse Spa, su elegante restaurante formal y restaurantes alternativos, y demostraciones y clases de cocina de America’s Test Kitchen. Y también podíamos conocer mejor al personal del crucero, al igual que comprar camisetas deportivas de un puerto y usarlas antes de regresar al mismo puerto (esto es una manera fácil de hacer amistades, pues otros pasajeros siempre preguntan si nos gustó el puerto en cuestión y cuáles puntos de interés son buenos para visitar).

También, cuando otros pasajeros se enteran de que uno ha estado en un crucero dos veces, siempre entablan conversaciones y preguntan si nos gustó la comida en restaurantes alternativos, entre otras cosas. Otra ventaja más: la familiaridad con la cabina (viajamos en la misma las dos veces) y con el barco desde el primer día del segundo crucero.

A veces las líneas de cruceros ofrecen descuentos si uno compra boletos para dos travesías contiguas y en ocasiones hay ofertas especiales que pueden incluir pasajes aéreos gratis para llegar al crucero.

Vía. La Rue du Cul de Sac, en el Viejo Quebec, está adornada con paraguas multicolores.

Tags relacionados