Kairós
1 Corintios (1,17-25): “No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo”. El apóstol Pablo llama a la sabiduría humana prudencia de la carne, que evidentemente no lleva a Dios. Es la misteriosa sabiduría de la cruz o como le llama Pablo locura de la cruz la que abre el camino de la salvación cuando nos identificamos con los proyectos de Dios por incomprensibles que nos parezcan.