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TRIBUNA ABIERTA] Oncología

Cáncer en cabeza y cuello, y el estilo de vida

La incidencia de cáncer en cabeza y cuello ha variado en los últimos años con una tendencia a un aumento significativo. Es conocido que estos tumores tienen mayor aparición en aquellas personas que durante años guardan una relación con un alto consumo de tabaco y alcohol, y en otros casos, algunos pacientes que no tienen historia de fumadores o bebedores están relacionados con las infecciones del virus del papiloma humano (VPH).

El pronóstico del cáncer de cabeza y cuello ha mejorado en las últimas décadas, en términos de control de la enfermedad locorregional y supervivencia general, probablemente debido al aumento en la proporción de tumores relacionados con el VPH. Los pacientes con tumores de cabeza y cuello que suelen ser positivo para este tipo de infección, generalmente son más jóvenes y debido a que este grupo no presenta enfermedades comórbidas, por lo regular tienen un pronóstico mejorado en comparación con VPH negativo.

Para la gran mayoría de las personas que no consumen tabaco, los determinantes modificables más importantes del riesgo de cáncer de cabeza y cuello y cáncer en sentido general son el control de peso, las elecciones dietéticas y los niveles de actividad física. Un tercio de las más de 572,000 muertes por cáncer que ocurren en los Estados Unidos cada año puede atribuirse a hábitos de dieta y ejercicio, incluyendo sobrepeso y obesidad, mientras que otro tercio es causado por la exposición a productos de tabaco. Aunque la susceptibilidad genética influye en el riesgo de enfermar de algún tipo de cáncer, la mayoría de las variaciones en el riesgo de presentar esta enfermedad, el comportamiento como evitar la exposición a los productos de tabaco, mantener un peso saludable, mantenerse físicamente activo durante toda la vida y consumir una dieta saludable puede reducir sustancialmente el riesgo de una persona enfermar.

La etapa del cáncer al momento del diagnóstico, que básicamente se refiere a la extensión de la lesión en el cuello, determina las opciones de tratamiento y tiene una gran influencia en la duración de la sobrevida global. En general, los tumores de cabeza y cuello que se diagnostican en etapas tempranas se encuentran entre el 30 a 40% con un impacto en la sobrevida a cinco años sin enfermedad de 83.7% aproximadamente.

La aparición de esta patología está asociada a alteraciones en la ingestión de alimentos, pudiendo llevar a los pacientes a la pérdida significativa de peso, incluso a la desnutrición, por lo que es recomendable que el tratamiento nutricional en el cáncer de cabeza y cuello debe formar parte integral del abordaje desde el momento del diagnóstico. Es aconsejable que la valoración nutricional se realice frecuentemente e iniciarse de forma precoz en cuanto se detecten déficits.

Desde hace muchos años los resultados clínicos favorables se han incrementado debido a los intensos regímenes de tratamientos para este tipo de enfermedad. La cirugía es el tratamiento estándar de la mayoría de estos tumores dependiendo su localización o cuando son diagnosticado en etapas tempranas. Cuando se presentan tumores de mayor tamaño o cuando no son abordable quirúrgicamente, la opción terapéutica por lo general es la combinación de radioterapia y quimioterapia con excelente respuesta clínica y aumento en la sobrevida global. Sin embargo, con la realización de radioquimioterapia en los pacientes con cáncer de cabeza y cuello se aumentan el riesgo de desnutrición durante el tratamiento debido a los efectos secundarios que se presentan y pueden necesitar alimentación de manera especial para satisfacer las necesidades nutricionales de las personas, atendiendo que entre un 70-80% presentan pérdida de peso de los cuales un 30-50% de estos es severa, que de acuerdo a esta condición es importante tomar en cuenta el estado nutricional del paciente durante la terapia, ya que si no se le valora adecuadamente el estado general, podría contribuir a un peor pronóstico del estado de salud y una disminución en la probabilidad en la cura de la enfermedad.

Dr. Rafael Herrera García Oncólogo Radioterapeuta Instituto de Oncología Dr. Heriberto Pieter.

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