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Agrispino Rivas, un padre que ha cosechado grandes frutos

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Laura Ortiz GüichardoSanto Domingo

Como toda familia de escasos recursos, la de Agripino Rivas Ferreras pasó por muchas dificultades, pero nunca se quejaron de su situación ni pasaron hambre. Esto lo atribuyen al esfuerzo y al sacrificio que él hacía para sostener a sus 12 hijos.

La determinación de Rivas, quien era un agricultor que se dedicaba a vender los productos que cosechaba, ayudó a formar una gran integridad en sus hijos, quienes han salido profesionales, buenas personas y claro, tremendos padres.

“Nuestros días giraban en torno a la escuela e ir a ayudar a nuestro padre en el trabajo. Él era muy estricto, ya a las 7:00 de la noche todo el mundo tenía que estar en casa y preparándose para dormir, pero precisamente esa forma fue la que hizo que todos nosotros hoy en día seamos personas de bien”, expresa Isidro Rivas, su tercer hijo.

El estilo de vida de la familia Rivas Ferreras, no les permitía darse ciertos lujos, ya que como agricultor el padre apenas ganaba para sustentar a sus hijos. Su esposa Enérsula Ferreras de Rivas era una profesora de escuela rural en la ciudad de Neiba, provincia Bahoruco.

“A pesar de que tuvimos una infancia similar a la de los niños que se juntaban con nosotros, nunca nos sentimos mal, ya que fue nuestra realidad desde que nacimos hasta que cada uno pudo establecerse”, continuaba narrando Isidro.

Aunque la mayor parte del tiempo estaba trabajando, don Agrispino, fue un padre muy presente en la crianza y educación de sus hijos. Siempre procuraba que estos no perdieran ni un solo día de clases.

La familia comenzó a emigrar a Santo Domingo en los años 60, cuando el hijo mayor, Ubaldo Rivas, vino para trabajar y poder costearse sus estudios.

Aunque el tiempo que Ubaldo duró lejos de su casa, sus padres y sus hermanos siempre tuvieron presente poder obtener empleo para traerlos a todos para la Capital, pues pese a que la ciudad se encontraba en tiempos de crisis política y social, representaba una mejoría en relación a un campo en Neiba.

La mayoría de ellos admira el sacrificio de su padre, pero lo que más agradecen de él es la forma en que siempre ayudaba a los que tenían menos que ellos a pesar de la precaria situación en la que vivían. “Recuerdo que una vez teníamos una cosecha de arroz que llenó prácticamente todo el perímetro de nuestra casa y nuestro padre, en vez de venderla, prefirió recurrir a un pastor para que lo repartiera para toda la comunidad totalmente gratis”, cuenta Isidro mientras trataba de contener las lágrimas por la nostalgia y el orgullo que esto representa para ellos.

Otro ejemplo que les ha dado su padre es cómo ha sostenido su relación con su madre. Como pareja han sobrepasado todas las dificultades que se podrían presentar. Están casados desde el 27 de julio del 1943 hasta la fecha. Es decir, la semana próxima cumplirán 75 años de matrimonio.

Esa forma ha llevado a que los 12 hijos tengan relaciones duraderas y se lleven muy bien con sus herederos. “A pesar de ya ser mayores y tener nuestras propias familias, seguimos teniendo muy buena comunicación con nuestros padres. Le comentamos todo lo que vamos a hacer y siempre procuramos tener su aprobación para todo. Creo que esa es la base para mantener una buena relación familiar que perdure y eso hemos implementado”, exclama Ubaldo, quien a pesar de ser un hombre de pocas palabras comparte la gran admiración y respeto por sus progenitores.

Ambos hermanos que se encontraban presentes en la casa de Agripino, en el sector de Alma Rosa, concluyeron que a pesar de que no van a heredar riquezas de su papá, se quedarán con su legado y con todo lo que éste les ha enseñado.

Legado para estos días Ejemplo. La semana que viene en el país se celebrará el Día del Padre, y es esta historia de Agripino Rivas Ferreras y Enérsula Ferreras Rivas un buen parámetro para reflexionar sobre la importancia del amor y la tolerancia en la búsqueda de perpetuar una unión de pareja. Sus 75 años de matrimonio ha contribuido a que sus hijos también valoren el rol de los padres para el fortalecimiento de la familia.

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