Kairós

Mateo (10,16-23): “Miren que los mando como ovejas entre lobos; por eso, sean sagaces como serpientes y sencillos como palomas”. El cristiano debe ser manso pero no menso. En la ruta misionera hay que considerar que corremos el riesgo de ser desconsiderados y acusados injustamente. Sin embargo, jamás debemos pasar por la dolorosa experiencia del abandono de la fe porque siempre contaremos con el consuelo y ánimo de Jesús.