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No desperdiciar la comida

El elevado costo de desperidiciar alimentos (Elizabeth Royte en National Geographic)
“Me apena ver cómo algunos clientes tratan los productos que no son de su agrado en los supermercados. Los tiran con poco cuidado sin pensar en los agricultores que están en los campos de sol a sol, cosechándolos para que luego el intermediario haga el negocio y llegue a nuestras cocinas. De nuestras granjas a las tiendas de abarrotes y a nuestras mesas, un tercio de la comida que producimos se desperdicia”. ¿Podemos salvar el planeta con solo ahorrar alimentos? Las naciones industrializadas desperdician 670 millones de toneladas de alimentos cada año, una cantidad casi igual a toda la producción neta de alimentos del África subsahariana.
El mayor desperdicio de comida sucede durante su distribución, sobre todo debido a problemas de empaque, transporte y conservación, lo cual hace que se pierda casi un tercio de la producción total. De nosotros depende, como individuos, valorar los alimentos mediante su consumo responsable y pensar que lo que no aprovechemos es una oportunidad perdida para que alguien con más necesidad lo haga, porque el desperdicio en todo el mundo asciende a 1,300 millones de toneladas, un sustento suficiente para alimentar a 3,000 millones de personas. No importa donde ocurra el desperdicio, representa una oportunidad perdida para alimentar a la gente. El desperdicio de comida lo es también de grandes cantidades de combustibles, sustancias químicas, agua, tierra y trabajo que se requieren para producirla.
El primer paso para reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos es conseguir que la gente vea esto como un problema. Tener demasiados alimentos suena muy bien, pero tener en una abundancia que nadie la va a comer es algo que el mundo ya no se puede permitir. Se está destruyendo el Planeta, mientras millones pasan hambre.
Nicolás Chamfort, teórico francés señaló: ”La sociedad se divide en dos clases: los que tienen más comida que apetito y los que tienen más apetito que comida”. Hay muchos, pero muchos que lo único que tienen es mucha hambre y ninguna esperanza.