REFUGIO
Un 2018 maravilloso

El 2017 ha sido uno de mis mejores años, no porque logré cumplir las metas que me establecí, sino porque me encuentro más madura para poder apreciar la vida por lo que es: una oportunidad fantástica.
El año pasado fue un tiempo para comenzar a conocerme y a ver la vida desde otra perspectiva. Aprender a fluir con la vida ha sido y será mi mayor reto, descubrir que personas que antes me molestaban, ya no logran ese cometido en mí ha sido una experiencia fabulosa. Andar libre de lo que el otro piense ha sido liberador, además, de callar y hablar cuando quiero.
El 2018 será mucho mejor, porque apenas el 2017 fue el principio de dejar salir el ser tan bello que hay en mí.
Reconocer que todo tiene un orden Divino y que como dice mi hermano menor “Todo lo malo es bueno”, que todo pasa para algo y que controlar y jugar a fingir lo que no somos nos crea un desgaste físico, pero sobre todo espiritual, y no vale la pena.
La vida es un misterio, es un soplo, un aliento, hoy estamos, quizás mañana no, pero más que todo eso, es súper corta.
En febrero cumplo mis 40 años, y para mí es un paso muy importante, desde niña siempre quise tener esa edad, y puedo confesar que he vivido bastante, he hecho todo lo que me he propuesto, sin embargo, estos años encuentran a una Sylvana más dispuesta a vivir los próximos 40 de una forma plena.
Dejando atrás a la gente negativa, que se empeña en quererte amargar la vida.
Para este año lo que pretendo es seguir renunciando a la necesidad de querer agradar e impresionar a los demás, dejar a un lado las creencias que me limitan y hacer de lo imposible lo posible, dejar la necesidad de quejarme, ¡oh! Cuánto me quejo y por todo.
Dejar de vivir de acuerdo a las expectativas de los demás, que cada quién haga su vida porque pretendo seguir haciendo la mía, con mis defectos, con mis virtudes.
También dejar que el otro o la otra haga lo mismo, sin juzgar, sin prejuicios. Y sobre todo, lo más importante, continuar dejando fluir. Reconocer que hay cosas que se escapan de mis manos y que no puedo hacer nada. Solo dejar que suceda pacientemente. Como escuché en una película “A veces dejar ir eso a lo que tanto te aferras, es la única forma de avanzar”. Feliz 2018.