El Index y la diáspora de RD

(2 de 2) Cuando inicié las explicaciones de las danzas escuché que alguien dijo “sarandunga” y me sorprendí porque si lo dijo fue porque conocía esa danza, ¿y saben quién fue? El vicecónsul dominicano en San Juan, Juan Nicómedes Pérez. Cuánta emoción sentí que a quienes les estaba explicando era gente con conocimientos de su país, como también a Amparo Peguero, de Cotuí, que rememoró los juegos y bailó conmigo la caraqueña y el baile del tornillo; y Francisco Batista, de Barahona, nos sorprendió con el fuete de las cachúas, lo que hizo reír a muchos cuando retumbó el sonido del instrumento más importante de esta manifestación cultural que se inicia el Sábado de Gloria hasta el lunes siguiente al Domingo de Resurrección.

La gestora cultural Génova Navarro, a través de Federico Sánchez, nos prestó algunos instrumentos musicales y artesanía para colocarlos en el salón de Casa Dominicana. Gracias a ambos por su generosidad, desinterés y confianza para con Gheidy de la Cruz. Asistí a dos programas de radio, el primero Impacto Tres, en 11QRadio, que produce y conduce Mery D’Costa. Conocí también a Albania Andeliz, esposa del doctor Neftalí Brito-Beato, seres humanos maravillosos. Gracias, Mery, por tus atenciones. Después del taller Gheidy me llevó al programa Conversando con Rochy Torrens, en WIAC 740, un “talk show” con un equipo muy ameno, refrescante y divertido. Rochy interpreta el papel de doña Consuelo, una señora pintoresca, con una vestimenta que solo a ella le queda bien, utilizando un lenguaje coloquial rural que hace reír a los que están en cabina, porque su papel es de radio-escucha invitada. Me encantó la comida de El Camarón, uno de los restaurantes que tiene una clientela fija y exigente, en Santurce. Además Mingo, su propietario, les da atención personal a los comensales. No puedo despedirme de esta columna sin darles las gracias a Asdrúbal Aponte e Iones Jiménez Batista, por invitarme a su Hacienda Iones, que es un paraíso. A Luis Island, un amigo de hace más de 25 años que cada vez que visito la Isla del Encanto me espera en el aeropuerto y esta vez fue en el puerto de San Juan, junto a Gheidy de la Cruz, colega y anfitriona predilecta que durante mi permanencia me alojó en su hogar. Gheidy, sentí el respeto y el cariño que te tiene la comunidad dominicana en esa isla. ¡Lo viví!