CARDIOLOGÍA PARA TODOS

La dieta corazón

Las principales causas de muerte a nivel mundial están relacionadas con enfermedades cardíacas, que a su vez se relacionan con la obesidad y la diabetes.

Como dice el dicho, para que la venganza sea buena, debe ser silente y dulce, y así lo es nuestra amiga la diabetes. Todo lo que ingerimos y hacemos sobre todo en exceso, al final nos pasa lista y el propio cuerpo “cobra venganza” por tantas calorías vacías (comida chatarra); en consecuencia, hoy día las enfermedades cardiovasculares se están presentando en jóvenes con mayor frecuencia.

La diabetes es una enfermedad silente, aludida por muchos como la asesina más silenciosa, asintomática por largo tiempo, esconde un peligro vital para las arterias y órganos del diabético. Hay evidencias sólidas de que un adecuado control glucémico previene o demora las complicaciones micro y macrovasculares de la misma y para ello debemos llevar una adecuada nutrición. No es lo mismo comer que nutrirse, por eso se recomienda consumir cinco porciones de vegetales y frutas al día, sobre todo la piña y las manzanas que tienen una buena cantidad de fibra. Los cítricos contienen bastante potasio, que ayuda a reducir la presión arterial. Las fresas y cerezas son ricas en antioxidantes, defensoras potentes contra el daño celular.

Como aderezo, utilizar aceite de oliva, es rico en grasas monoinsaturadas buenas para el corazón, y el vinagre ayuda a reducir la cantidad de azúcar que se absorbe en una comida. Incluir cuatro puñados de frutos secos a la semana reduce el riesgo de presentar enfermedades del corazón, sobre todo las almendras y nueces.

Escoge granos integrales, contienen más fibra y vitaminas del complejo B, como son la quínoa y la avena. Incluye dos porciones de pescado a la semana, es la mejor fuente de omega-3, sobre todo el pescado azul, salmón, sardinas y atún.

Este estilo de vida cardiosaludable deberíamos llevarlo todos e incluir el ejercicio, que bastaría una caminata diaria de unos 30 o 60 minutos al día o por lo menos de 3 a 5 días a la semana.

No dejes que nuestra enemiga silenciosa cobre venganza, inicia la tuya ahora.

Virginia Rodríguez Mejía Médico Interno Instituto Dominicano de Cardiología

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