TERCER CAMINO
Sembradores de conflictos

Comúnmente hablamos de lo perjudicial que es rodearse de personas tóxicas, aquellas que siempre tienen una queja, que ven solo la parte negra del paisaje, lo feo de las personas, y lo inconveniente de las situaciones. Personas que se alimentan de la crítica impía a los demás, que ponen sombras donde hay luz, miserias donde hay virtud, y que si les permitimos, cambian nuestro estado de ánimo en un dos por tres,, drenan nuestra energía y nos llenan de pesimismo.
Sin embargo, existe otra población todavía más dañina que la tóxica, esa que está formada por los que tergiversan informaciones, malinterpretan acciones y magnifican negativamente las situaciones. Son los sembradores de conflictos... aquellos que emitiendo malos juicios engendran disgustos, provocan divisiones y rompen relaciones, aunque para lograrlo tengan que llegar a la calumnia. Este tipo de personas se regocijan del fracaso ajeno y no aceptan plenamente a nadie porque llevan su propio conflicto interno como asignatura pendiente. Personas peligrosas que pueden matar moralmente un semejante en un santiamén enlodando vidas y destruyendo honras.
La vida es solo un rato...si no podemos ayudarlos, evitemos entonces el pesimismo de los tóxicos y el odio de los sembradores de conflictos.
Hurgar las cosas buenas en las personas y las situaciones, ser optimista en lo que emprendemos, y asertivo cuando lo necesitemos, son formas maravillosas de crear paz, no solo en nuestras vidas, sino también en el mundo.
