Cartas
Grandes respuestas a preguntas de pequeños

En una calurosa tarde, el padre Antonio Spadaro visitó al Papa Francisco en la Casa Santa Marta de Roma. No fue una visita eventual. El Pontífice esperaba al padre pues este traía consigo las interrogantes que escribieron 259 niños diseminados en los seis continentes.
Mediante estas misivas los infantes formularon preguntas intensas, que redactaron en formato de carta.
Para sorpresa del Papa Francisco, estos niños hacían preguntas profundas. No había forma de ignorarlas, pues estas inquietudes no fueron filtradas, nadie las había retocado. Inclusive son preguntas directas y claras.
El sumo pontífice expresó al padre Spadaro que lamentaba no tener de frente a esos pequeños. “Fue una situación un poco curiosa, pero hermosa”, añadió.
La imaginación de ambos sacerdotes no pudo sino viajar hasta los lugares donde viven esos niños. A pesar de que les hubiese gustado responder todas las preguntas, solo 30 inquietudes fueron contestadas.
Curiosas
Varios niños escribieron interrogantes muy curiosas. Natasha, de Kenia, preguntó ¿Cómo hizo Jesús para caminar sobre el agua? La respuesta no se hizo esperar. “Jesús es Dios y puede hacerlo todo. Caminó como caminas tú”, contestó el Pontífice.
Otra inquietud fue la que planteara Maximus. Con apenas diez años, este pequeño de Singapur escribió: Me gustaría saber ¿por qué nos creó Dios aun sabiendo que íbamos a pecar contra él? La respuesta fue “Dios nos creó libres. Y ser libres significa que podemos elegir pecar”.
¿Por qué te gusta jugar al fútbol? Era la inquietud de Wing, desde China. Para satisfacer la curiosidad del infante el Papa Francisco le dijo: “Me gusta mucho el fútbol. Porque veo que es un juego de equipo, de unión”.
Personales
Sin embargo, otros redactaron cuestiones más personales. Josephine de ocho años, del Reino Unido, se preguntaba ¿Cuál será el lugar favorito del Papa para rezar y por qué ese?, así que tomo su lápiz y plasmó su pregunta en papel. De igual forma el Papa Francisco respondió: “A mí me gusta rezar en todas partes. Me gusta mucho ir a la iglesia y quedarme en silencio ante Dios.”
La pequeña Prajla, con apenas seis años, residente en Albania, escribió: Querido Papa Francisco: Cuando eras niño ¿te gustaba bailar? Así de jocosa como es la pregunta, lo fue la respuesta. “Me gustaba mucho, mucho. Me gustaba estar con otros niños, hacer la ronda, pero también bailar nuestros bailes típicos de la Argentina”.
Una sola pregunta no bastó para Basia, nativa de Polonia. Esta pequeña con tan solo ocho años escribió, ¿Es difícil tu profesión? ¿Le caías bien a la gente? ¿Qué querías ser cuando tenías mi edad? Las tres merecieron la atención del Sumo Pontífice. “A los ocho años yo quería ser carnicero. Yo pensaba que el carnicero del mercado donde mi abuela compraba era un hombre muy rico. Y yo quería ser como él”.
Profundas
Por otro lado, varios infantes redactaron inquitudes muy profundas para sus edades. Ryan, un pequeño canadiense de ocho años, escribió: ¿Qué hacía Dios antes de que fuera creado el mundo? “Antes de crear, Dios amaba. Antes de cualquier cosa Dios era y es amor”.
El adolescente Ivan, de 13 años, escribió desde China: Mi abuelito no es católico pero tampoco está dispuesto a hacer el mal, ¿irá al cielo cuando muera? Querido Ivan, responde el Papa, la voluntad de Dios es que todos nos salvemos. Las apariencias pueden engañar. Pero en cambio, Jesús está junto a nosotros hasta el último momento de nuestra vida para salvarnos”.
Una pequeña de nueve años, muy intrigada en saber ¿Por qué si Dios nos ama tanto, no derrotó al diablo? Así que desde Perú le formuló esta interrogante al Sumo Pontífice. Este respondió: Dios derrotó al diablo y lo hizo en la cruz. Es como un perro atado que ladra y gruñe, pero si no te acercas, no puede morderte.
¿Por qué ya no ocurren tantos milagros? ¿También las personas malas tienen un ángel de la guarda? Estas fueron algunas de las 30 cartas que respondió el Papa Francisco. Entre simples, preocupantes, curiosas, personales y muy profundas para sus edades, estos pequeños dejaron impresionado al Jefe del Vaticano. Y tú ¿qué preguntarías?


