Orientación

La aptitud no se hace, nace

Como padres y como madres, no podemos querer para nuestros infantes aquello que de niños no tuvimos. Ellos, como nosotros, nacieron con su talento y hay que ayudarlos a cultivarlo.

Importante. Recordemos que, como padres, nuestra labor es de educadores y orientadores, no de impositores.

Importante. Recordemos que, como padres, nuestra labor es de educadores y orientadores, no de impositores.

Por lo regular, los padres, como orientadores primarios de nuestros hijos, siempre buscamos actividades extracurriculares para su mejor formación. En esta búsqueda descubrimos muchas veces habilidades y aptitudes que ni ellos mismos conocían.

Cuando esto sucede es una bendición, y es un descubrimiento maravilloso que nos llena de orgullo y, sobre todo, les da herramientas y seguridad a los niños y niñas, ya que ejercen a plenitud su habilidad y quizás su pasión. Por eso no deben castigar a los pequeños con sus actividades extracurriculares, más aún si son su pasión.

Si esto no se da con la facilidad y fluidez que esperamos, tenemos que entender varios postulados que nos pueden ayudar en estas situaciones.

Algo primordial e imprescindible es que, como padres, no podemos educar a la luz de nuestros miedos y carencias. ¿Qué quiere decir esto? Que no podemos querer para nuestros hijos e hijas aquello que yo de niño o niña no tuve. Podemos ofrecerlo porque entendemos que le puede beneficiar, podemos ofrecer la oportunidad de que ellos mismos confirmen que les gusta o no, pero con el objetivo de que vivan su experiencia; nunca con el objetivo de llenar nuestros vacíos o carencias con esa experiencia.

En todo caso, el mejor papel que hace un padre para que sus hijos desarrollen su talento es no subestimar sus capacidades.

(+) QUE DESARROLLEN SUS DESTREZAS, ES LO IDEAL Cuando asienten ante los deseos de los padres, puede que el éxito no les sonría como se espera, pues la imposición hace que vean la actividad como una tortura. Es ahí cuando se hace necesario escuchar qué es lo que de verdad les gusta. Recordemos que como padres nuestra labor es de educadores y orientadores. No de impositores. Ellos pueden encontrar su pasión y lo que les gusta hacer, si los guíamos y orientamos, respetándolos como seres humanos capaces.

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