Expectativas del primer viaje fuera

Pasaporte al día, ropa cómoda, maleta arreglada, itinerario de viaje y dinero suficiente en la moneda del país que se visitará son algunos de los requisitos principales que se deben tomar en cuenta antes de salir de viaje (ya sea vía aérea o marítima).

Estos requisitos parecen algo fácil, ya que la emoción de preparar un viaje de trabajo o placer permiten mantenerse pendientes de todo lo que se necesita para que este salga a la perfección.

Y si se piensa de esa manera y se cumple con todo, un viaje no resulta complicado y puede ser la mejor experiencia. Sin embargo, el cuento color de rosa a la hora de viajar no lo vive todo el mundo, sobre todo si se trata de la primera vez que se tomará un avión o crucero.

“El primer viaje siempre da miedo. Por más consejos que te dé tu familia o los amigos, por más que sepas que cumples con todo lo que te exigen en el aeropuerto, ese susto que da cuando ves un avión y sabes que ahí te montarás no te lo quita nadie”, dice Marcos Sierra al contar su experiencia.

Para el joven, de 24 años de edad, lo peor de su primer viaje fue no tener una compañía para hablar y sentirse menos tenso. Relata que pensaba que en algún momento algo se le olvidaría o que algo saldría mal mientras se chequeaba con la aerolínea o en el proceso de migración.

Antes de salir Documentos Revise antes de salir de su hogar su pasaporte y boleto aéreo, y pase lista a todo lo que necesitará llevar.

Es importante que días antes de su viaje planifique lo que hará para evitar situaciones de estrés en el último momento.

LO QUE NO SE HACE POR MIEDO “En el momento en que despegó el avión sentí que todas las partes del cuerpo se me iban, solo cerré los ojos y no pensé en nada más, pero aun así el miedo seguía. Luego que el avión se estabilizó me sentí mejor, pero hubo cosas que no pude hacer, como ir al baño, me daba miedo pararme y hasta que no llegué a Nueva York, la ciudad a la que iba de visita, no pude hacer nada”, recuerda Sierra entre risas su primer viaje realizado en 2014.

El joven da gracias a Dios porque su primera experiencia no la considera tan traumática y no tuvo problema alguno. “Como mi viaje fue en diciembre tenía miedo que se me extraviara la maleta cuando llegara a mi destino, pero no fue así. Puedo decir que quitando el miedo que sentí en el despegue y aterrizaje fue una buena aventura a la que ya estoy acostumbrado”, expresa el joven.

Lo que puede dejar la primera experiencia de viaje Ataques de ansiedad y fobias se pueden descubrir en el primer viaje, por aire o mar, que realice una persona.

La razón de ello es que toda situación nueva en un ser humano se expresa en miedo; un sentimiento que se explica como normal, porque no se trata de algo que comúnmente se hace, sobre todo si es la primera vez, destaca la sicóloga clínica Heidy Camilo.

“Cuando te expones a algo nuevo como un viaje, por supuesto que vas a sentir temor, porque siempre se piensa en un riesgo: que si el avión va a estar bien, que si el barco funcionará a la perfección, entre otras cosas”, sostiene la especialista.

Para Camilo, después del primer viaje se puede desarrollar la fobia a viajar. Ejemplifica que hay personas que después de haber planificado un viaje y tener todos sus papeles y documentos en orden pueden echar todo para atrás porque su miedo no les permite subirse a un avión o montarse en un barco.

Consejos Antes de salir de viaje se hace necesario considerar varios puntos para así lograr una grata experiencia.

Lo primero es saber, según Camilo, es hacia dónde va y con qué fin. Ello le ayudará a saber el equipaje que llevará, la cantidad de dinero y estar preparado para cualquier eventualidad.

Informarse: Hay que buscar datos de la compañía de cruceros con la que se viajará (si tiene buen precedente, si es conocida). En caso de avión, busque el prestigio de la aerolínea y si cumple con los servicios que vende.

Según la especialista, hay muchos casos de temor con el primer viaje porque se desconoce con quién se viaja, es decir, no se sabe en manos de quién está su seguridad.

“La búsqueda de información baja los niveles de ansiedad, porque la gente más o menos sabe a qué está expuesto. La mayoría de las veces nos desbordamos de miedo porque desconocemos muchas cosas”, asegura.

Mientras que la conocedora de gestión de viajes, Wendy Doné, añade que antes de salir de casa hay que hacer la última revisión de los documentos, sobre todo el pasaporte y el itinerario de viaje.

Recuerda a las personas que se medican llevar sus medicinas en su bulto de mano, en caso de que necesiten tomarlas en el transcurso del viaje. Además agrega que no se puede llevar más de cuatro onzas de líquido en este tipo de equipaje.

Tiempo: Llegue temprano al aeropuerto para que esté tranquilo y sin sobresaltos porque siente el tiempo encima. Llegar a una hora adecuada le permitirá acostumbrarse al espacio. No es lo mismo hacer todo rápido, cuando ello sucede la tensión es mayor, destaca Camilo.

Relajarse: Es importante que la persona que vaya a realizar el viaje practique ejercicios de relajación.

Detalla que hay que sentarse y respirar profundamente hasta sentir que el abdomen se infla y luego se expulsa el aire muy lentamente. Esto se puede hacer de cinco a 10 minutos antes de que despegue el avión o se levante el ancla del barco. Ayudará a bajar los niveles de ansiedad.

Es importante también, según Camilo, conocer el cuerpo antes del abordaje, ya que este da muchas señales. “Hay que aprender a escuchar nuestro cuerpo y saber cómo sentimos el miedo. Puede ser que se sienta un nudo en el estómago por la tensión del primer viaje y no se sepa manejar esa tensión”, sostiene.

Saber ayudar: Si usted es quien va a acompañar a alguien que viaja por primera vez y esa persona está ansiosa, no le diga “cálmate”, eso lo pone peor. Esa persona debe relajarse respirando correctamente.

Por otro lado, dice Camilo, que hay que alejarse de espacios que den temor. No se siente en la ventanilla o evite ir al espacio de aire libre, quédese en un área de contención donde se pueda sentirse más seguro.

Tratamientos médicos De acuerdo a Camilo, si una persona no puede superar su miedo a realizar viajes por aire o mar, es posible que se vea en la necesidad de usar algún fármaco, pero para ello tiene que ser evaluado por un siquiatra.

“Cuando una persona entiende que el miedo a volar le impide o imposibilita hacer un viaje, debe buscar ayuda y tratarse el problema”, asegura.

Las señalas más claras de ello es el miedo irracional, desborde ansiedad, ataques de pánico, la sensación de que se perderá la vida, el descontrol del ritmo cardiaco y sentir que se va perdiendo la visión.

Además, explica Camilo, se respira tan deprisa que el cerebro no recibe la oxigenación adecuada, lo que provoca mareos. “Cuando una persona vive lo ante expuesto, lo más probable es que reconozca que sufrió una crisis porque tenía que viajar y busque ayuda para superarlo”.

Asegura que esta fobia se puede superar. Para ello se trabaja en un acompañamiento multidisciplinario donde participa el siquiatra por el tema del medicamento y el sicólogo por lo cognitivo-conductual.

Con un apoyo Viajeros consultados comentan que su primer viaje hubiera sido mejor con una compañía. “Si tienes una persona para hablar, alguien que te tome de la mano cuando el avión esté despegando, te asustas menos”, expresa Marcos Sierra.

MIEDO AL MAR Si siente que será mayor el temor de viajar por baco que por aire, pues tome en cuenta la primera opción.

QUÉ COMER Es importante saber el tipo de alimentos que se puede comer antes de subirse a un avión o un barco; hay alimentos que puede provocar malestares estomacales.

SIEMPRE RESPIRE Según la sicóloga Heidy Camilo, los ejercicios de respiración son los mejores para para mantenerse sereno.

Testimonio “Mi primer viaje fue un vuelo de corta duración y en un avión pequeño. Me dio un poco de miedo porque los movimientos que hacía los sentía mucho, la gran ventaja es que fue un vuelo corto”, dice Carlos Ortega Martínez.

El joven expresa que todas sus experiencias han sido positivas y que le ha ayudado el factor de que los vuelos han sido tranquilos. “Aunque uno siempre tiene ese sustito que no se va hasta no llegar a tierra”, dice.