Orientación
Saber diferencia el tipo de amor
Amar es una experiencia personal que nadie puede hacer por nosotros ni enseñarnos a realizar.

Definición. El amor no se reduce a una sola relación con una persona determinada, con un objeto amoroso, sino que hay que amar a todas las personas, al mundo, a la vida en sí.
El amor tiene tantas formas como maneras de expresarlo e incluso de confundirlo con otros sentimientos, en ocasiones muy lejanos al amor. Amor fraternal, materno, filial, al prójimo, entre la pareja... Todos tienen diferentes maneras de expresión, y cada uno apuesta ser más fuerte e intenso.
Erich Fromm, autor del libro El arte de amar, afirma que: “El amor es la respuesta al problema de la existencia humana. O, visto de una manera más cuadrática, un arte, y como todo arte, tiene características comunes y una práctica que aprender:
Amar es una experiencia personal que nadie puede hacer por nosotros ni enseñarnos a realizar. Como todo arte tiene unas condiciones generales que deben ser atendidas.
Una de ellas es la disciplina durante toda la vida. La constancia y el compromiso de aprender a amar correctamente.
Esencia del sentimiento Fromm aborda el amor desde un punto de vista interesante a ser retomado, sobre todo en estos tiempos, cuando al parecer se ha olvidado la verdadera esencia de este sentimiento tan puro.
Es difícil comprender como un sentimiento tan sublime y puro puede hacer daño o deteriorar psicológicamente la vida de una persona, sin embargo vemos cómo cada día se cometen barbaridades en nombre del amor desde sus diferentes enfoques, incluyendo el religioso.
Podríamos decir que el amor en su forma natural jamás hace daño siempre y cuando sea entregado de manera incondicional, sin ataduras y dando la libertad al ser amado de ser feliz, aunque esa felicidad no obligatoriamente sea al lado de quien entrega el amor.
Existen diversas manifestaciones y expresiones del amor y se ha estudiado y expuesto muchas técnicas respecto al tema de amar. A pesar de esto seguimos cometiendo las mismas faltas y las mismas confusiones que han llevado a algunas personas incluso a cerrar su corazón a este sentimiento, luego de una decepción amorosa; conduciéndolos a veces a vivir amargados y tristes por miedo a experimentar el amor y el supuesto sufrimiento que este trae consigo, sin comprender que el sufrimiento puede tener como una de sus causas las expectativas que nos creamos sobre la otra persona y la idealización del amor y el ser amado, lo cual suele provocar, a corto o largo plazo, la decepción.
En todos los tiempos el amor ha sido objeto de confusión y se ha relacionado el amor con posesión, donde se cree que la persona es una propiedad adquirida, y aquí incluimos no solo el amor de parejas sino también el amor entre padres e hijos. Padres que en ocasiones anulan y discapacitan a los hijos emocionalmente a fin de tenerlos siempre a su lado, padres que a través de la manipulación y el chantaje emocional impiden que los hijos se desarrollen como seres humanos independientes, capaces de crear una vida y volar con sus propias alas. En la relación de pareja esa posesión que se dice amor no es más que la necesidad de tener bajo control a la pareja a fin de lograr equilibrar las inseguridades propias, bajándole sus niveles de autoestima hasta llevarle a justificar y someterse incluso a la violencia en todas sus formas.
(+) IMPORTANCIA DE VALORAR EL AMOR El amor propio: Si bien es cierto que una característica de los enamorados es el deseo de estar la mayor parte del tiempo cerca de la persona amada, también es cierto que cuando esto se convierte en una obsesión que impide al individuo continuar evolucionando, nos encontramos frente a un caso de dependencia emocional crónica, la que suele confundirse con amor, y sin embargo, no es más que una manifestación tóxica y distorsionada del amor. Entre dos personas que se aman incondicionalmente no hay necesidad de ataduras. La necesidad de control viene de la falta de amor por nosotros mismos, ese amor que nos da el discernimiento y nos permite hacer elecciones inteligentes, y contribuye a mantener vínculos sanos con quienes nos rodean.
La necesidad de controlar a la pareja, a los hijos y a todos quienes nos rodeen, continuará hasta que aprendamos a amarnos, a colocar límites claros que sostengan nuestra salud emocional y psicológica.
El amor propio, autoestima o autovaloración es lo único que cura la inseguridad, ser conscientes del valor de nuestro ser. Todo ser humano es digno del respeto incondicional de los demás y de sí mismo, así como de que se le estime, mas no podemos obligar a nadie a que nos ame. El amor es libre. El único amor obligatorio es el que debemos tener hacia nosotros mismos, solo así podremos expresar un amor sano hacia los demás. Amar a alguien es la realización y concentración del poder de amar.